Ya no es sólo que tras las vacaciones de verano, Navidad y Semana Santa el recreo del Colegio Pablo Ruiz Picasso, en calle Honduras, 1, amanezca lleno de botellas, paquetes de tabaco y porros, es que en este colegio de niños de 6 a 12 años y con 450 alumnos llegaron a tener la desagradable presencia de un exhibicionista.

Y por desgracia no es extraño porque la verja lateral del recreo, 60 metros, sólo está tapada por una hilera de cipreses y da a un callejón peatonal desde el que cualquier indeseable podría entrar en contacto con los alumnos. «Aquí con mala fe puede pasar cualquier cosa, aparte de fotos, en un descuido hablas con quien te da la gana», lamenta Alfonso Cantos, director desde hace 9 años del colegio, que reconoce que «los alumnos están vendidos».

La historia se remonta a hace unos 8 años, cuando el colegio pidió al Ayuntamiento que se encarga del mantenimiento de los centros públicos, que colocara en todo el perímetro unas planchas de aluminio de algo más de un metro de altura. El lateral del callejón peatonal tiene detrás unos bloques muy pegados al colegio cuyos vecinos pleitearon para que retiraran las planchas: «Decían que les daba mucho calor, ganaron el pleito y el Ayuntamiento en 2012 tuvo que retirarlas», informa.

El problema, destaca el director, es que el Consistorio se niega a reponer las planchas con otro material al entender que es algo que debe hacer la Junta de Andalucía. Así se lo transmitió la concejala de la Cruz del Humilladero y de Servicios Operativos Teresa Porras, algo en lo que discrepan padres y profesores. «Si el Ayuntamiento ha quitado un elemento, restituya usted el elemento que ha quitado, la obligación del Ayuntamiento es el mantenimiento, se escuda en que es una cosa nueva pero si usted tiene una cosa y la quita, repóngala», razona el director Alfonso Cantos.

Por su parte el profesor y jefe de estudios Juan Manuel Bermúdez comenta que el Consistorio llegó a enviar a un aparejador y a presupuestar la nueva plancha en unos 6.000 euros. «Eso es reconocer de alguna manera que lo tienen que hacer ellos», estima, al tiempo que comenta que cuando en el colegio no hay actividades, algunas personas saltan dentro.

«Los profesores vigilan en el recreo pero después hay periodos como el comedor, las actividades extraescolares o el conservatorio elemental por las tardes, así que esto está vendido absolutamente», recalca el director, que lanza un último mensaje: «Los padres están asustados. Hablamos de 6.000 euros en un colegio de 450 alumnos, una ridiculez económica».

La concejal de la Cruz del Humilladero y Servicios Operativos, Teresa Porras, declaró a La Opinión que se trata de una obra importante y por tanto debe corresponder a la Junta hacerla. «Yo hago el mantenimiento, que la Junta venga y si quiere poner un muro y quitar los cipreses, que lo haga y después lo mantendré pero no voy a invertir de nuevo el dinero que me gasté», manifestó. También señaló que el informe de los 6.000 euros lo hizo Urbanismo a petición del colegio.

Un punto de vista totalmente distinto tiene la delegada de Cultura de la Junta, Patricia Alba: «Las labores de mantenimiento, conservación y vigilancia de los centros educativos corresponden al Ayuntamiento. Si fue condenado a quitar una plancha, ¿tiene competencia para retirarla pero no para ponerla?», se preguntaba ayer.