La distribución del gasto municipal en la provincia de Málaga muestra el enorme esfuerzo que supone sostener la estructura administrativa y devolver los créditos a los bancos dentro de los presupuestos anuales. Casi el 40% de los fondos disponibles terminan sufragando el capítulo de personal de los ayuntamientos y pagar las deudas con las entidades financieras, según los datos del Ministerio de Hacienda.

Esta distribución del gasto se ha acentuado levemente en 2014, cuando un incremento medio de los presupuestos municipales del 12,7% permitió aumentar los fondos destinados a sufragar la deuda de las localidades con los bancos, que ya se llevan el 13,8% del presupuesto.

El coste de mantener la actividad municipal, precisan los datos del Ministerio de Hacienda, se distribuye de forma que los servicios básicos (urbanismo, vivienda, movilidad, seguridad y medio ambiente) se llevan el grueso del gasto, con el 37,2% del total. Sin embargo, en 2013 estas partidas absorbían el 40,2%, pero la necesidad de reducir la deuda acumulada ha llevado a destinar más recursos a devolver los créditos que a la inversión en estas áreas.

El incremento del dinero disponible por los ayuntamientos malagueños en 2014, con una subida del 12,7% respecto al año anterior, ha tenido una distribución irregular. Todas las partidas han aumentado, por regla general, el dinero con el que se cuenta. Otra cosa es el peso del incremento, que se ha centrado en la devolución de la deuda y en la inversión en infraestructuras, que son las únicas que han ampliado su peso dentro de los presupuestos municipales. Que fuese un año preelectoral ha tenido su influencia en esta redistribución.

Los servicios sociales se han mantenido dentro de los presupuestos municipales de la provincia con el 8% del total, mientras que la sanidad, la educación, el ocio y la cultura han visto reducida su importancia presupuestaria.

Diferencia entre municipios

La distribución del gasto no es igual en todos los ayuntamientos, ya que algunos presentaron fuertes desequilibrios entre las distintas partidas, que muestran una gestión muy condicionada por las circunstancias económicas de la estructura municipal.

Vélez Málaga, por ejemplo, destinó el 30% de sus gastos sólo a sufragar la deuda, siendo la mayor cifra de entre los seis consistorios malagueños con más peso poblacional. En cambio, Málaga y Marbella, que arrastran un importante endeudamiento de sus arcas, no comprometen más del 14% de su fondos en esta partida.

En el caso del dinero destinado a mantener la estructura administrativa, sobre todo, sueldos, es en Torremolinos donde se observan los mayores desequilibrios. El 46% de los ingresos presupuestados en 2014 terminaron alimentando esta partida. Es decir, los gastos de personal absorbieron 41,7 millones de los 90,5 millones de euros gastados. Esta cifra, sumada a los 8,3 millones destinadas a pagar créditos representa algo más del 55% del presupuesto total, lo que deja muy limitadas las disponibilidades presupuestarias para el resto de competencias municipales. Así, los gastos sociales fueron de apenas 6 millones de euros, otros 6,2 en cultura, ocio, sanidad y educación, 8 millones en infraestructuras y 20,1 millones en urbanismo, vivienda y medio ambiente. Es decir, la suma de todas las inversiones y servicios municipales representaron menos que el gasto en la administración.

Estos desequilibrios también se observan en otros municipios, aunque con menos importancia. En Mijas y Marbella el mayor desajuste está también en el dinero destinado a sufragar la administración, que se llevan el 34,6% y 28,5% de su presupuesto, respectivamente.