­Hasta las más humildes organizaciones tienen puesta la lupa de Hacienda en su lucha contra el fraude fiscal. Para rastrear bolsas de dinero negro, la Agencia Tributaria obligará a las asociaciones de madres y padres (AMPAS) y otras asociaciones sin ánimo de lucro a declarar su patrimonio. Pero llama la atención que incluya a estos colectivos de naturaleza educativa, dedicados fundamentalmente a representar los intereses de los padres en los centros donde estudian sus hijos y, paralelamente, a la organización de actividades de índole escolar, cultural o deportiva.

En realidad manejan muy poco dinero, pero a partir del 1 de enero estarán obligadas a presentar una declaración de patrimonio siempre que superen unos ingresos anuales de 2.500 euros. En esta cantidad no se tendría en cuenta ni las cuotas que pagan los socios (entre 12 y 15 euros por cada curso escolar) ni las donaciones, que seguirán exentas. Tampoco los ingresos destinados a la organización y celebración de actividades deportivas o fiestas. Tampoco las subvenciones concedidas por un organismo oficial, bien de los ayuntamientos, bien de la Consejería de Educación o de los proyectos de voluntariado.

«Las AMPAS realmente no facturan como tales grandes sumas. Son muy pocas las que pueden facturarlas», advierte Pilar Triguero, asesora de la FDAPA (Federación Democrática de Asociaciones de Padres de Andalucía). Explica que estos colectivos ya están avisados desde hace un año y que, a pesar de todo, muchas han optado por contratar los servicios de gestorías contables para estar al día y no tener problemas, porque en realidad no cuentan con una estructura administrativa que les permita resolver el papeleo, ya que son los propios padres los que se encargan de poner al día la contabilidad de la asociación. Y claro, supone un gasto extra en sus ya ajustadas cuentas.

La FDAPA tiene en la provincia de Málaga unas 480 asociaciones federadas de colegios públicos. Según los cálculos de Triguero, no llegarían ni a 20 las que tendrían que presentar esta declaración del impuesto de sociedades, es decir, las que superarían los 2.500 euros al año de ingresos. Si no cuentan las cuotas, ni las subvenciones, ni las donaciones ni los ingresos para hacer actividades deportivas y culturales, ¿qué se consideraría ingreso que tendría que ser declarado? Los beneficios obtenidos por la compra y venta.

Lotería o mantecados

Pilar Triguero pone de ejemplo la venta de lotería o de mantecados y polvorones para financiar un viaje de fin de curso. «Pero aquí, si en las papeletas se pone «donativo para el viaje» no se vende, sino que se recibe una donación y también estaría fuera de la tributación». Otro ejemplo: la venta de uniformes o de material escolar.

En todo caso, Triguero descarta que Hacienda pueda encontrar dinero negro en las AMPAS, ya que «por sus propios estatutos no tienen fondos que no sean reinvertidos en su totalidad en el funcionamiento de la organización o en su propio centro», señala la asesora de FDAPA. «Nos ha pillado a las AMPAS pero la ley de impuestos de sociedades se hace para todas las asociaciones y hay mucho que rascar, otras que manejan presupuestos millonarios. Ojalá nosotros tuviéramos esos ejercicios económicos y manejáramos esas cantidades», señala Triguero.

No todas las familias forman parte de las asociaciones de padres de los colegios donde estudian sus hijos. Los que más asociados tienen son los centros de Infantil y Primaria, que en algunos casos pueden llegar al 90%. Este porcentaje va decreciendo conforme el alumno va creciendo y superando cursos. Solo un 20% de las familias pertenecen a las AMPAS de los institutos, lo que también pone en evidencia la escasez de recursos de los que disponen.

La FDAPA ha enviado a sus asociaciones una circular con esta información. «Si van a buscar dinero negro han ido al peor sitio posible», señala Pilar Triguero. La ley obliga a hacer la declaración aunque no estén obligadas a pagar.