Aleluya en Belén abrió sus puertas el pasado 27 de noviembre y continuará hasta el 10 de enero. En este tiempo, según los cálculos de los responsables de Ars Málaga, han sido más de 6.000 las personas que han visitado la exposición. La entrada cuesta 3 euros, 2 euros la reducida, que incluye a los residentes en Málaga, y un euro los grupos. Sin embargo, los domingos y festivos son gratis. El horario es de 10.00 a 20.00 horas, de forma ininterrumpida, pero en Nochevieja solo abrirá por la mañana, hasta las 13.00 horas y en Reyes solo por la tarde, de 17.00 a 21.00 horas, permaneciendo cerrado el día de Año Nuevo. La exposición se articula en cuatro salas.

1. La Natividad en el Arte

Un gran cuadro de Francisco Naranjo Beltrán, realizado ex profeso para la exposición, refleja a la Inmaculada Concepción rodeada por la genealogía de la Virgen. A sus pies, un Niño Jesús del siglo XVIII, obra de Pedro de Mena, que procede de la abadía de Santa Ana del Císter. De este cenobio, que es auténtico joyero de imaginería y pintura, son otras muchas piezas que se exponen en Aleluya en Belén. Esta primera sala cuenta también con otra obra contemporánea: un collage sobre la maternidad firmada por Martín España. Y destacan un relicario y un antiguo belén de acarreo de origen filipino, realizado en el siglo XVIII en marfil. También varias tablas del XVII que representan la adoración de los Magos y la adoración de los Pastores.

2. El Nacimiento: origen y desarrollo

La segunda sala se dedica al belén. Se exponen cinco espectaculares dioramas (dos de ellos de menor tamaño) que han sido cedidos y montados por sus propietarios para esta exposición. De Vélez, de Ronda o de Fuengirola. Dos son de origen napolitano, tan característicos. Fue Carlos III el que trajo a España esta tradición belenista y pronto se extendió entre los nobles. Pero en España ya existían belenes entre las clases populares, pero esta aportación supuso un empuje definitivo. El belén napolitano es, por definición, anacrónico. Los oficios tradicionales del siglo XVIII, los ropajes, los edificios... San José, la Virgen y el Niño se disponen sobre ruinas de edificios paganos. La fe vence. Un coro de ángeles completa la escena. También se expone otro maravilloso belén de José Luis Mayo lebrija, un imaginero madrileño que ha creado un estilo propio.

3. La tradición malagueña: barros del siglo XIX

Los «impertinentes extranjeros» entraban por Gibraltar y descubrían las maravillas que salían de los pequeños obradores malagueños en el siglo XIX, muchos dedicados a la producción de pequeñas figuras de barro para los belenes de la época. Crearon escuela. La mayoría se situaba en lo que hoy es el barrio de El Ejido, donde el terreno es arcilloso. Pero para muchos, sin embargo, se trata de una aportación muy desconocida. El coleccionista José Manuel García Verdugo ha cedido todas las obras que se exponen en esta sala. Puede que la más llamativa. Son un buen número de esculturas de pequeño formato en barro policromado que representan escenas y oficios típicos de la época.

4. Navidad Barroca

La Virgen es Reina y San José, patriarca. Están en ambiente palaciego. En la Corte. Grandes espejos y consolas de madera tallada y dorada presiden la estancia. Los vestidos de la Sagrada Familia son de tela natural, muy ampulosos. Tejidos de gran calidad, encajes, brocados, damascos y terciopelos. María lleva corona. San José un nimbo de plata, como su vara florida. Las imágenes son de tamaño natural o académico. Ars Málaga expone dos modelos de belén barroco. El final del recorrido es un misterio realizado por Ramón Cuenca, imaginero de la escuela levantina, que ha cedido estas obras para su contemplación en Aleluya en Belén. Justo antes, uno más pequeño. Precioso. Alojado en lo que antes debió ser el retablo de una iglesia.