Los avances de la ciencia han favorecido que la medicina no se ponga techo. Uno de los mayores logros de los últimos veinte años ha sido la reproducción asistida, una rama de la ginecología que ha ganado peso porque cada vez hay más necesidades que responder. Y es que gracias a estas técnicas -las más comunes son la fecundación in vitro y la inseminación artificial- miles de padres han visto cumplido el sueño de la paternidad.

Pero esta ciencia también tiene sus riesgos. «El embarazo múltiple ha sido el falso éxito de las técnicas de reproducción asistida», asegura el responsable del Área de Reproducción del Hospital El Ángel, José Félix García España. «Los reducidos porcentajes de embarazo y el desconocimiento de la calidad de cada embrión, han llevado, durante mucho tiempo, a transferir un número elevado de embriones, cuyo resultado era el de embarazos múltiples no deseados». En numerosos casos se ha llegado a transferir entre tres y cinco embriones. Por eso ahora la ciencia se marca el reto de transferir sólo uno para aquellos casos en que esté desaconsejado o cuando la pareja sólo quiera tener un hijo.

Según el último registro publicado por la Sociedad Española de Fertilidad en 2013, el porcentaje de múltiple en Fecundación In Vitro era del 22,9% frente al 1,6% en embarazos espontáneos. «Un embarazo gemelar es ya, por definición, de alto riesgo y conlleva complicaciones como hipertensión, diabetes gestacional y sobre todo prematuridad. Por cada embrión en exceso, se adelanta dos semanas el momento del parto», recuerda el especialista, que señala que las complicaciones aumentan de forma exponencial si hay tres o más fetos. De hecho, según señala, la mortalidad materna se triplica a causa del embarazo múltiple. En el caso de los fetos los datos son aún peores: se multiplica por cuatro en las gestaciones gemelares y en las triples puede existir un riesgo hasta nueve veces superior.

Edad. «La mayoría de los casos de embarazos múltiples que se tratan en las unidades de neonatología provienen de las técnicas de reproducción asistida. Por ello, debemos considerarlos de origen iatrogénico y, por tanto, evitables», señala el doctor García España que recuerda que los centros sanitarios, como en el caso de El Ángel, disponen de unidades preparadas para tratar fetos de gran prematuridad y complicaciones.

Esta problemática ha ocasionado más de un dolor de cabeza a los especialistas, que creen que lo mejor es transferir un solo embrión. Según el responsable de Reproducción del hospital el Ángel, se barajan diferentes variables a la hora de aconsejar la transferencia de un solo embrión: la edad de la paciente es importante porque cuanto más joven es tiene una mayor calidad en sus óvulos y, por tanto, mejores embriones y más probabilidad de lograr un embarazos.

«En mujeres mayores de 45 años es totalmente desaconsejable un embarazo gemelar, sobre todo cuando la mayoría de los casos provienen de óvulos donados, con una altísima probabilidad de embarazo», señala el médico, que destaca que también hay que tener en cuenta el número y la calidad de los embriones disponibles y el estadio al que han llegado dentro del laboratorio. Tampoco es menos importante saber si se han hecho pruebas diagnósticas genéticas que hayan determinado la ausencia de alteraciones cromosómicas, o enfermedades y condiciones maternas que lo contraindiquen.

Sin embargo, tal y como reconoce García España, la decisión interactúa con la autonomía de la paciente y, en muchos casos, es ella la que decide no transferirse más de una. «Es deber del especialista convencer en casos particulares de la necesidad de adoptar dicha decisión», afirma.

Para el responsable del Área de Reproducción del Hospital El Ángel, el futuro de esta ciencia está encaminado a saber qué embrión va a dar lugar a un hijo sano. «Tendrá tal nivel de precisión que el actual dilema quedará totalmente olvidado, pero, hasta entonces, debemos seleccionar los casos para reducir al mínimo este falso éxito de la reproducción», señala el doctor.