Los sueldos de los trabajadores malagueños continuaron enormemente restringidos en 2015 pese a los signos de cierta reactivación que muestran los grandes indicadores macroeconómicos. La crisis sigue haciendo mella en el mercado laboral, que cerró el pasado año con un aumento medio pactado a lo largo del ejercicio de sólo el 0,79% en los convenios colectivos sectoriales y de empresas, según cálculos provisionales del sindicato CCOO a partir de los datos del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales (CARL). El conocido como Incremento Salarial Ponderado (ISP) continúa así en niveles mínimos, aunque sí supere los suelos históricos que se contabilizaron en el 2013 (0,67%) y 2014 (0,63%). En todo caso, se trata de la tercera subida salarial más baja en Málaga desde al menos 1998, que es cuando arranca la actual estadística comparable.

El incremento de los salarios pactado en los convenios colectivos durante el pasado año sigue así bastante alejado de los porcentajes de cerca del 1,5% que se registraron durante algunos ejercicios de la crisis y a enorme distancia de los aumentos de entre el 3% y el 4% que empresas y trabajadores vinieron pactando hasta antes de que se declarara la recesión. El secretario general de CCOO en Málaga, Antonio Herrera, y su secretario de Acción Sindical, José Martín Anaya, lamentan que los empresarios mantengan en las negociaciones los criterios de máxima contención salarial y recordaron que desde que estalló la crisis la pérdida de poder adquisitivo por parte de los trabajadores malagueños ronda el 30%. Para el sindicato, el hecho de que los precios sigan sin subir -el 2015 ha cerrado en España con una inflación del 0%- no sirve en modo alguno para paliar la situación, tras años de grandes sacrificios por parte de la clase trabajadora.

«No están justificadas para nada estas subidas tan bajas tras tantos años de sueldos contenidos y devaluados. Sobre todo porque se nos vendió que esto era a cambio de aumentar el empleo indefinido en las empresas y reducir el empleo precario, algo que evidentemente tampoco ha sucedido», apunta Antonio Herrera, para quien la reforma laboral aprobada por el Gobierno a inicios de 2012 supuso un «verdadero zarpazo» a la negociación colectiva.

Durante el pasado 2015 se firmaron tres convenios de sector (industria y derivados del cemento, industria siderometalúrgica y oficinas y despachos) y se revisaron otros ocho vigentes (algunos tan significativos, por ejemplo, como hostelería, el de construcción o el de actividades agropecuarias), englobando a más de 47.000 negocios y a más de 140.000 trabajadores. Además se firmaron 26 convenios de empresas y se revisaron otros 76 que incluían, en conjunto, a unos 9.000 trabajadores. Martín Anaya recordó que en el cálculo del ISP también se incluyen los convenios, tanto de sector como de empresa, que se actualizan de forma automática, sin necesidad de formalizar la revisión. Por otro lado, el 2015 ha culminado sin acuerdo para la renovación, entre algún otro, del convenio del sector del comercio, que en Málaga concentra a 60.000 asalariados. Su negociación entre empresarios y sindicatos sigue abierta para 2016.

El ISP ofrece una media de la subida pactada en la provincia a lo largo de 2015, por lo que puede darse el caso de convenios que hayan estipulado una subida del 1% o incluso algo más -caso de la revisión del convenio de hostelería- frente a otros donde el sueldo ha quedado prácticamente congelado. Martín Anaya añade que también hay casos donde en realidad el salario real ha podido retroceder, ya que siguen siendo frecuentes los casos de empresas que, amparados en la reforma laboral, se descuelgan de los convenios para imponer rebajas salariales a sus plantillas o disminuciones forzosas de jornada alegando malas circunstancias económicas.

Eso por no mencionar a las que directamente deciden inaplicar el convenio del sector, imponiendo a los empleados sus condiciones bajo amenaza de, por ejemplo, recurrir a despidos. CCOO afirma que esta práctica está muy extendida en el segmento de la hostelería, especialmente en negocios de tamaño pequeño donde prácticamente no existe representación sindical.

Herrera critica por ello a la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) y conmina a la patronal a que obligue a sus asociados a respetar las condiciones pactadas en los convenios colectivos. «Este hecho debilita su posición negociadora y los convierte en peores interlocutores. Necesitamos tener claro que los acuerdos alcanzados van a ser aplicados en todas las empresas pero encontramos cada vez más casos de inaplicación», explica.