­El hasta hace una semana coordinador del Sector Málaga, Miguel Ángel Frutos, asistió ayer a la rueda de prensa de balance de trasplantes de 2015 para cerrar un ciclo que hoy tiene otro nombre propio: Domingo Daga. Frutos admitió que las cifras de 2015 no son tan buenas como las de 2014 -cuando se batieron todos los récord con 203 trasplantes- y señaló que parte de la «culpa» de que este año no haya habido más es que en 2014 dejaron a cero la lista de espera. «No nos recuperamos hasta el segundo semestre de 2015», explicó ayer en rueda de prensa un Frutos entusiasta. De hecho, según explicaron, el año pasado cuarenta riñones «salieron» de la provincia para ir a parar a otras de la comunidad autónoma. A 31 de diciembre existía una lista de espera de 141 personas esperando un riñón, un hígado y 17 páncreas, en total 17 personas más que en 2014. «Sin listas de espera es difícil tener grandes datos», apuntó Frutos, que apuntó que el objetivo final es «intentar conseguir que el mayor número de personas reciban un trasplante en las mejores condiciones posibles». «Necesitamos donantes y seguir impulsando nuevas alternativas de obtención de órganos válidos para trasplantar», dijo.

El perfil del donante fallecido de órganos presenta cada vez mayor edad y continúa modificándose de forma progresiva, lo que sigue constituyendo una dificultad y un reto para los sanitarios. La edad media ha pasado de 35 años en 1991 a cerca de los 60 años. Además, el 85% de las familias malagueñas dijo sí a la donación.