­En su ambición por presentarse como el tapete verde del sur de Europa, el Ayuntamiento de Málaga aprobó en un pleno del mes de julio de 2014 por unanimidad una moción por la que se acordaba la participación de Málaga en este premio europeo. La idea inicial fue la de cursar la candidatura para el año 2017. Sin embargo, y tras realizar los primeros trabajos, meses después se aprobó otra moción en la que se aplazaba para 2018 la presentación de la candidatura. Al final, la candidatura quedó en agua de borrajas. La decisión de aplazar la participación en el premio, esta vez de forma definitiva, la anunció el concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez. «Primero debemos definir bien nuestros objetivos futuros para optar al premio y además, ahora debemos pactar esta decisión con C´s, nuestro aliado de gobierno». Jiménez explicó que «nuestros objetivos para optar con garantías a ser capital Verde de Europa pasan por rebajar las emisiones de dióxido de carbono (CO2), también la huella de carbono, los niveles de ruido y la contaminación atmosférica a la vez que aumentar y mejorar nuestra zonas verdes». En todo caso, los responsables confían en retomar el proyecto, ya que una de las apuestas de C´s era la de ampliar las zonas verdes.