­Las fricciones en el seno de Podemos en Málaga están haciendo mella en el funcionamiento del Consejo Ciudadano de la formación. Dividido entre los críticos que se articulan alrededor del secretario general en Málaga, José Antonio Vargas, y el resto de consejeros que están alineados con la vía oficialista del partido, representada en última instancia por el recientemente elegido como diputado al Congreso Alberto Montero, este órgano lleva sin convocarse desde el pasado 27 de noviembre. En su función, dirimir y someter a discusión todos los aspectos que afectan a la formación, varios consejeros consultados hablan de la «inoperancia del consejo». En teoría, según señalan, lo normal en estos momentos hubiera sido convocar al consejo para debatir sobre la situación endiablada que han dejado las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, y para trazar el camino en su afán de reorganizarse a nivel municipal.

El principal problema surge, según las fuentes consultadas, desde el momento en el que el actual secretario general de Podemos en Málaga, José Vargas, decide abandonar sus funciones como máximo responsable de la formación en la capital. Según los estatutos de Podemos, corresponde al secretario general convocar al Consejo Ciudadano, algo que, según denuncian varios consejeros consultados por este periódico, lleva sin hacerse directamente por el propio Vargas desde septiembre. Con este panorama, los últimos han sido convocados por una parte de los consejeros del consejo, haciendo uso de la posibilidad que le otorgan los estatutos de convocar un consejo, siempre que haya un quórum suficiente para que se celebre.

En todo caso, el actual panorama no invita a pensar que se pueda revertir esta situación de bloqueo por parte de Vargas. El todavía secretario general, que ya ha coqueteado varias veces con una dimisión que luego nunca se culmina, está concentrado, según se acusa, en «seguir imponiendo su criterio desde dentro, aunque sea consciente de que va en contra del sentir mayoritario dentro del consejo». Vargas, enfrascado en una lucha que se dirige contra el aparato del partido, tanto a nivel regional como estatal. De hecho, no ha dudado en apuntar, en varias ocasiones, a Pablo Iglesias y a la líder de la formación en Andalucía, Teresa Rodríguez, culpando a ambos de saltarse sistemáticamente todos los procesos democráticos que considera imprescindibles para garantizar la voz de la militancia base.

En manos de una gestora. Ante la evidente incomodidad que genera la figura de José Vargas en la mayoría de los consejeros del consejo, la idea para el futuro que expresan varios de estos miembros del máximo órgano a nivel municipal es convocar un consejo en el que se ponga a debate la continuidad del propio José Vargas. Con la convicción de que una mayoría votaría a favor de pedir su dimisión, se espera que sea el propio Vargas quien dé un paso atrás de forma definitiva y despeje el camino frente a las nuevas presiones.

En este caso, y atendiendo también lo que según las fuentes consultadas es el deseo de la propia Teresa Rodríguez, la representación municipal de Podemos en Málaga pasaría a arremolinarse alrededor de una gestora que nacerá con la misión de revitalizar un proyecto que lleva mucho tiempo instalado en una continua pelea interna. Hay que recordar que desde que se formó en el mes de enero de 2015, unos cuatro consejeros ya han dimitido del consejo ciudadano.