­Los liquidadores de las escuelas de hostelería de La Cónsula y La Fonda están agotados. Se encuentran en una encrucijada que desconocían por completo y que no podían prever cuando el pasado verano fueron requeridos para conducir estas naves al puerto del SAE. Las circunstancias han cambiado mucho y, según ha podido saber este periódico, tienen intención de plantarse ante los reiterados incumplimientos de la Junta y su «incapacidad» para normalizar la vida de estos centros de formación. Siendo asesores del Gobierno andaluz, se han convertido en aliados de las justas reivindicaciones de los profesores y los alumnos.

La Junta volvió el lunes a intentar convencer a las plantillas de que vuelvan al trabajo y normalicen la vida formativa de las escuelas. Pero sin cobrar. Sin embargo, como insisten las fuentes, «no hay dinero para gestionar el funcionamiento diario de las escuelas, aunque los profesores no cobren». La Cónsula tiene un saldo negativo en su cuenta de -29 euros. Si se abriera el restaurante, solo habría gas que alimentara los fogones para tres días.

El Gobierno andaluz insiste a los liquidadores y les pide que haga el esfuerzo de convencer a los docentes. Pide también a los profesores que hagan el esfuerzo de retomar las clases aunque les deben nueve nóminas y no tienen visos de percibirlas en breve. Y que las empresas proveedoras hagan el esfuerzo de servir sus productos a cuenta. Pero, sin embargo, «la Junta no hace el esfuerzo para encontrar la herramienta financiera para pagar su parte del presupuesto de liquidación que se aprobó por unanimidad en el consejo general», recuerdan.

No es que no haya dinero, es que no lo transfieren. Y es algo que desespera a propios y extraños y que nada tiene que ver con el proceso de integración de las escuelas al SAE. La Junta insiste en que pagará cuando concluya esta travesía por el desierto, pero sin embargo no paga los gastos de este viaje. Ni siquiera ayuda a buscar un oasis o aporta algo de agua en plena insolación.

Y todo ello, a pesar del compromiso de la propia Susana Díaz de que los trabajadores iban a cobrar al final de octubre. Se da la paradoja, además, de que mientras que las escuelas de hostelería malagueñas son las dos únicas de toda Andalucía que comenzaron el curso en septiembre, son también las que no han visto solucionada su situación. «Se les pide a estos profesores que trabajen sin cobrar mientras que los docentes del resto de consorcios andaluces, ya integrados en el SAE, sí cobran sin ir a trabajar», protestan las fuentes.

Los liquidadores viajaron ayer a Sevilla para acelerar en lo posible los trámites ante las empresas contratadas para hacer las auditorías, pero las novedades que trajeron no son significativas.