El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de veinticinco años y cuatro meses de prisión por los delitos de asesinato, robo violento y estafa para un hombre que mató en Málaga a un abogado al que acababa de contratar y escondió el cuerpo en el maletero del coche de la víctima.

La resolución del Supremo, a la que ha tenido acceso Efe, desestima el recurso de casación presentado por el condenado contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Málaga del pasado 19 de febrero.

El alto tribunal considera que no puede considerarse que hubiera indefensión "por el mero hecho de que al acusado lo defendiera un abogado de oficio designado por el Colegio de Málaga, lugar donde ejercía como letrado la víctima".

Además, el recurrente "no aporta ningún indicio que constate una indefensión material, y en el propio recurso se reconoce que todos los profesionales que intervinieron en la causa actuaron con imparcialidad y honestidad", señala la sentencia.

La Audiencia de Málaga consideró probado que el acusado, de origen alemán, se presentó el 2 de marzo de 2012 en el despacho del abogado Salvador Andrés Reina para contratar sus servicios por un asunto penal.

Tras concertar unos honorarios de mil euros, pidió al abogado que le llevara a un centro comercial de Marbella, donde un conocido le iba a entregar quinientos euros.

Después, el acusado amedrentó al abogado con un arma blanca, le obligó a parar el vehículo, se apoderó de su cartera y le conminó a que le facilitara el número PIN de su tarjeta de crédito.

A continuación, le ató las manos con cinta de celofán y le obligó a meterse en el maletero, donde "lo golpeó repetidamente dándole puñetazos", le pinchó con un arma blanca en la cabeza y le asestó "un navajazo letal en el cuello", añade la sentencia.

Tras dejar aparcado el vehículo en Málaga con el cuerpo en su maletero, el acusado hizo dos extracciones de seiscientos euros en sendos cajeros automáticos y lo intentó una tercera vez sin éxito, al quedar retenida la tarjeta del abogado por estar bloqueada.

El acusado ya había sido condenado en 2007 a tres años de prisión por un robo con fuerza, y en el momento de su detención estaba reclamado por las autoridades alemanas por estafa, robo cualificado y lesiones.

Además de la citada pena de prisión, el Supremo ha confirmado que el acusado tendrá que pagar una indemnización de 133.750 euros a la viuda de la víctima y de 77.000 euros a sus dos hijos.