La situación del exasesor de Urbanismo de Marbella, Juan Antonio Roca, es cada vez más complicada. El próximo 29 de marzo cumplirá diez años en prisión y las condenas impuestas, según dijo su abogada, Rocío Amigo, en la primera sesión del caso Goldfinger, suman ya 30 años. Pese a ello, se le deniegan sistemáticamente los permisos carcelarios, alegando continuamente la Fiscalía el alto número de procesos que tiene pendientes. La propia letrada aseguró que, recientemente, se han presentado 102 nuevos casos.

A ello hay que sumarle que el patrimonio intervenido en la operación Malaya está siendo sistemáticamente vendido con el fin de obtener dinero líquido que ingresar al Estado y al Ayuntamiento de Marbella. Antes, la Audiencia Provincial tenía que preguntarle por la pertinencia de las ventas, pero ahora, una vez que la condena del caso Malaya a 17 años de cárcel es firme, no hay por qué consultarle nada. De hecho, se va a poner en marcha una web en la que se subastarán sus bienes. Él, pese a todo, trata de retener en lo posible lo que pueda, pero no parece tener éxito. Así, no le gustaron mucho las últimas enajenaciones: el hotel La Malvasía, en El Rocío, y la venta de un inmueble en Sevilla por el que hay una oferta.

Fuentes judiciales aseguran que el exasesor habría intentado pedir acumulaciones de procedimientos, lo que no llegó a nada, en relación a los asuntos pendientes, porque la Fiscalía Anticorrupción tiene una máxima: no habrá pactos mientras que los implicados no paguen.

La mayor parte de los procesos pendientes provienen de los informes de fiscalización que el Tribunal de Cuentas hizo de las anualidades de Marbella. Ya se abrieron 27 procesos, más otras treinta y tres piezas separadas de Malaya y las nuevas que habría presentado Anticorrupción, con lo que el rosario de casos es amplio.

En muchos de esos convenios, el Ayuntamiento marbellí perdió dinero en aprovechamientos urbanísticos y convenios en los que se valoraban muy por debajo de su precio real las parcelas municipales. Por eso, la Fiscalía quiere que, antes de hablar, pasen por caja los que saquearon las arcas marbellíes. En esta fiesta judicial no sólo está invitado Roca, sino que hay numerosos exconcejales de todas las corporaciones de la época Gil entre el 91 y 2006. Algunos de ellos ni van ya a los juicios que se celebran en el Tribunal de Cuentas, según otras fuentes.

Amigo se queja de que muchos de esos casos ya se juzgaron en Malaya o en otros procesos. «¿Hasta cuándo se puede someter a una persona a enjuiciamiento por los mismos hechos?», se preguntó la letrada.