Después de publicar, periódicamente, la historia del Teatro en Málaga, como complemento a lo anterior, estamos repasando la trayectoria de sus más importantes escritores. Éste es el tercer capítulo de la serie, que sigue un orden cronológico y que se centra en este caso en autores a caballo entre el siglo XIX y el XX.

José Sánchez Rodríguez. Nació en Málaga en 1875. Poeta, dramaturgo y periodista. Terminó sus estudios de magisterio en 1894, aunque nunca ejerció como tal, trabajando como contable en las oficinas de la Junta de Obras del Puerto hasta su depuración y encarcelación en 1937. Falleció en 1940. Desde muy joven colaboró en los diarios y revistas de la época. Su cuarto libro de poesía, el más valorado por la crítica especializada, Alma Andaluza, data del año 1900, cuya estructura y métrica es muy uniforme. Su temática: el amor. Esta obra fue muy alabada por la crítica de la época. El prólogo lo hizo Villaespesa y el epílogo Juan Ramón Jiménez, con quien mantuvo correspondencia.

Fundó y dirigió la revista ilustrada Málaga Moderna (1901-1902), dedicada a las artes y las letras. En 1903 publicó en Madrid Canciones de la tarde. Los siguientes años siguió publicando sus poemas en prensa local y nacional. Su producción teatral comenzó en 1891 con Los mártires del amor; Esperanza en 1894 y Las tres musas data de 1898 ambas estrenadas en el Teatro Principal. En el Teatro Cervantes se representaron dos obras: Copos de nieves en 1899 y Flor Silvestre en 1906. Fue director artístico del Teatro Principal y del Salón Novedades y directivo de la sección poética de la Academia de Declamación.

Según la crítica posterior, dentro del contexto imperante en aquellos años, el teatro de Sánchez Trigueros era totalmente distinto: temas extraídos de sus poesías; por esta causa, no fue muy popular. Era un teatro diferente. Colaboró con González Anaya y Narciso Díaz de Escovar en la confección de obras de teatro.

Destacaremos de sus obras dramáticas: Confianza, La musa española, El lagar de la Plata. También escribió libretos de zarzuelas como: Nobleza andaluza, La mujer del prójimo, La Virgen de la Sierra y Caminito del cielo.

Aurora Fuester Gallardo. Aunque existen pocos datos sobre sus orígenes, parece ser que nació en Málaga en 1884. Narciso Díaz de Escovar la conoció y, por eso tenemos constancias de que escribió su obra dramática Querer y deber, tan solo con trece años, monólogo representado en el Teatro Cervantes en 1897. Un año más tarde, El cornetín de órdenes, juguete cómico. Poco después, se presentó ante Díaz de Escovar y el actor Cepillo con el libreto de Antes mártir que traidor, drama en dos actos. Más tarde, volvió con otra obra: Aurora.

Su producción literaria, aunque variada, fue muy corta: cuatro obras. Era una mujer de fuerte personalidad, muy independiente, totalmente alejada del círculo teatral de aquellos años.

Casada con José Antonio de Torres Demófilo, contrajo un segundo matrimonio con el autor teatral José Crousielles. Fue asesinada por su marido en Sevilla en 1911, quien después se suicidó.

José Fernández del Villar Granados. El periodista, novelista y dramaturgo nació en Vélez Málaga en 1888. Desde muy joven publicaba artículos en periódicos y revistas: Nuevo Mundo, El Liberal, Blanco y Negro y Heraldo. Marchó a Madrid y allí contactó con los hermanos Quintero, quienes le nombraron su secretario.

Su primera obra fue el entremés El capricho, representado por la compañía de María Guerrero, como preludio de la obra La malquerida de Jacinto Benavente. Pero su verdadero triunfo fue con el entremés Te lo debo, Santa Rita, estrenado en el Teatro Apolo en 1915.

A partir de ese momento y hasta el comienzo de la Guerra Civil, su actividad teatral es enorme. Después de su estreno en Madrid, sus obras se representaban en los teatros de provincias. En Málaga, se estrenó en el Petit Palais La casa de los pájaros, en 1918.

También escribía poesía que publicaba en revistas y prensa malagueña, El Pregón y Saturno.

Sin embargo, lo más interesante de su obra son sus piezas teatrales: comedias burguesas cómicas costumbristas, en prosa, en tres actos, con diálogos y tipos andaluces, al estilo de los hermanos Quintero. Sus comedias no tenían un fondo social, era un teatro pensado para entretener. Aunque la crítica decía que a sus obras le faltaban inspiración y fuerza dramática, el público celebraba su ingenio y se divertían con sus representaciones.

Algunas de sus obras fueron traducidas al portugués, inglés e italiano. También tuvo éxito en el cine. Su comedia La educación de los padres, del año 1932, fue llevada al cine por Vicente Coello y Mariano Ozores con el título Hay que educar a papá.

Del año 1932 datan sus últimas obras: una novela escénica con un prólogo, tres capítulos y un epílogo El hogar, estrenada en Madrid y la comedia Don Pedro el Cruel o Los hijos mandan. Falleció en 1941.

Se conservan unas cuarentas obras de Fernández del Villar. Además de las ya mencionadas, destacaremos algunos sainetes que se representaban con música: Mujeres y flores, La mujer de su marido. Zarzuelas: El huerto de los rosales, La primera de feria y el Pañolón de Manila.