El desempleo, el retraso de la maternidad y la dificultad para conciliar han reducido los nacimientos en la última década en un 30% en los hospitales públicos de la capital. Desde 2006 y teniendo en cuenta los datos del año pasado, los nacimientos han mermado en un 28,8%, una cifra que evidencia un cambio social motivado, principalmente, por la crisis económica que azota al país desde el año 2007.

Si bien antes de la crisis los nacimientos rozaron en la provincia la barrera de los 9.000, en la actualidad esta cifra no llega a los 6.500. Pese a que no hay un sólo motivo, sino que tiene una respuesta multifactorial, los expertos coinciden en señalar a la crisis económica como la principal de las causas y, sobre todo, la culpable de que otras tantas se hayan multiplicado.

En término numéricos, los hospitales públicos malagueños han variado casi tanto como la maternidad en sí. Mientras el Materno Infantil aglutina el grueso de la pérdida de alumbramientos (-2.830) en el Clínico han aumentado de manera discreta (+244). Una incógnita que resuelven los propios trabajadores: el hospital de Teatinos ha asumido parte de los nacimientos del Materno a causa de que sus instalaciones son más modernas y porque hace más tiempo que apostaron por la humanización del parto, la asignatura pendiente del hospital del Arroyo de los Ángeles, que ya hoy trabaja por adaptarse a la demanda del piel con piel o la promoción de la lactancia materna, entre otros. No obstante, el Materno multiplicaba por cuatro la cifra de nacimientos en los años de bonanza, con lo que es más fácil que se hayan reducido.

La reducción de nacimientos entre 2006 y 2015 ha sido de 2.586 en la capital. Cifra que la directora de la Unidad de Gestión del Hospital Regional de Málaga (Materno) reconoce como global, puesto que los nacimientos no sólo se han reducido en Málaga, sino que la tendencia es exacta en el resto de la comunidad autónoma y del país. Por ello atribuye a la crisis y a sus consecuencias esta reducción. «Hay menos población en edad fértil y también se retrasa la edad de la búsqueda del primer hijo, hoy por encima de los 31 años», señala la médico, que destaca que a la falta de empleo se suma la incertidumbre por la estabilidad laboral de la pareja. También alude al proceso migratorio.

Pero la incertidumbre es el rey de la baraja en la reducción de la fertilidad. Eso ha llevado a que aumenten las consultas sobre preservación de fertilidad y congelación de ovocitos, además de que las mujeres quieran planificar de manera más precisa cuándo ser madre. El atraso en la maternidad ha ocasionado que aumenten las dificultades para tener un embarazo natural. La edad media también se ha incrementado y en 2015 en el Materno hubo varios casos de madres que superaron los 50 años. Al aumento de la edad hay que sumar el otro extremo: las jóvenes cada vez mantienen relaciones sexuales antes, lo que adelanta la edad de los embrazados no deseados y numerosas interrupciones, cuyas cifras se mantienen en la provincia.

El Hospital Materno de Málaga es, además, el centro de referencia para los partos prematuros y múltiples de la provincia de clínicas públicas y privadas, además de aglutinar los casos más graves desde Melilla a consecuencia de contar con un UCI de neonatos.

En los últimos años la tasa de partos prematuros se ha situado en un 14% -cinco puntos por encima de la media española- y en un 10% en casuística de alumbramientos múltiples -gemelos, mellizos, trillizos-. La complejidad de estos embarazos y sus posteriores partos han obligado a los equipos médicos a estar al día y a adecuarse a la complejidad. De hecho, un 27% de los nacimientos en 2015 en este centro sanitario fueron cesáreas. «Sí, tenemos menos nacimientos, pero el retraso de la maternidad coincide con problemas de salud de las madres como sobrepeso, síndromes metabólicos o hipertensión que requieren de una vigilancia mayor», señala la directora de la unidad.

El sociólogo especialista en familia Luis Ayuso admite que el descenso paulatino de la última década en cifras de nacimientos se refiere a múltiples variantes. En primer lugar aduce al factor demográfico, con el que recuerda que las cohortes generacionales son cada vez más estrechas, por lo que son menos las personas en edad reproductiva. Precisamente este factor está íntimamente ligado con el retraso de la maternidad, que considera una revolución a consecuencia del cambio del rol de la mujer en el hogar. «La mujer tiene la llave de la maternidad, el poder de cuándo o no tener hijos», señala Ayuso, que indica cómo las féminas retrasan la edad para ser madres hasta que encuentren una estabilidad laboral que les permita compaginar ambas labores.

El sociólogo no deja de señalar a la crisis económica como uno de los principales factores que han ocasionado el descenso de la natalidad. Considera que la falta de políticas de conciliación ha motivado que los nuevos modelos de familia cada vez encuentren más trabas, resultado final de una sociedad en la que los hijos se consideran una carga privada. «En los países nórdicos es una carga pública. Ese concepto hace que existan contextos más tolerantes a la hora de tener hijos, por eso países como Francia no han tenido un descenso como el nuestro, y está muy cerca de España», dice.

Por último, y no menos importante, Luis Ayuso señala la cultura. «Ahora los padres quieren disfrutar los dos del hijo. Tenemos muy pocos, tarde, planificados», dice. La solución, cree, pasa por una suma en la que participen el Estado, el mercado y la familia. «Si no, las cifras no subirán».