La ciudad de Málaga, y otros puntos de la provincia, sintieron este jueves el temblor provocado por un terremoto localizado en el mar de Alborán que alcanzó los 4,9 puntos de intensidad en la escala Richter, lo que lo convierte, de partida, en uno de los más potentes de cuantos se han computado en los últimos quince años en el ámbito de influencia de la provincia.

El seísmo, que tuvo lugar a las 14.47 horas, se percibió con claridad en muchos hogares, si bien no hubo que lamentar daños, a excepción, eso sí, de Melilla, donde dos edificios -uno de ellos previamente dañado- sufrieron desperfectos leves (desprendimiento de cascotes y grietas).

Según los datos ofrecidos por el Instituto Geográfico Nacional, diez minutos después del temblor, a las 14.57, se produjo un segundo seísmo, aunque esta vez de menor empuje (3 grados). El primero de los seísmos, que también extendió sus efectos a algunas poblaciones de Granada y Jaén, se prolongó alrededor de quince segundos, siendo más notorio, como es habitual, en los edificios de mayor altura.

A estos dos terremotos, siguieron hasta ocho réplicas, la mayoría apenas perceptibles. Los especialistas no creen, sin embargo, que el movimiento sísmico derive en fenómenos de magnitud marítima. De hecho, en ningún momento se activó la alerta por tsunami, que irrumpe automáticamente cuando se rebasan los 6 grados. De acuerdo con los técnicos del Instituto, se produjo concretamente en la superficie del fondo marino en el sur del Mar de Alborán, entre Alhucemas y Melilla.

El último terremoto que se dejó sentir en Málaga data del pasado 10 de octubre, cuando se localizó un movimiento de 3,4 grados con epicentro en Zafarraya. Meses antes, en noviembre de 2014, se produjo uno muy similar al que ayer sorprendió a muchos malagueños durante la sobremesa, en este caso de 4,7 grados, y también producto de la actividad telúrica del mar de Alborán, objeto habitual de corrientes de tierra.

A lo largo de su historia, la provincia de Málaga ha sufrido pocos terremotos con verdadera capacidad destructiva. Uno de los más sonados fue el de 1680, cuando una vibración procedente de Álora y Carratraca causó numerosos daños. El seísmo -9 de 10 en intensidad- dañó todos los edificios de la capital, a excepción de la Catedral. Además, devastó las construcciones de Benalmádena, donde ni siquiera se quedó en pie la iglesia.

En 1884, la provincia también se resintió de un terremoto de más de 6 grados de intensidad, el producido en Arenas del Rey, Granada, que afectó a más de cien localidades de ambas provincias y movilizó, en su reparación, al rey Alfonso XII. En el municipio granadino de Albuñuelas del Valle se contabilizaron más de cien fallecidos.