­Celia Villalobos admitió ayer que estuvo desafortunada a la hora de referirse al peinado que luce el diputado de Podemos Alberto Rodríguez. La veterana política malagueña, que repite durante esta legislatura en la Mesa del Congreso como vicepresidenta, afirmó ayer en unas declaraciones a Radio Nacional, que su comentario sobre las rastas de Rodríguez fue «estúpido e innecesario». Aunque advirtió de que todo lo que dice tiende a «magnificarse mucho», también aseguró que no se le ocurriría volver a hacer un observación de ese estilo.

En todo caso, Villalobos trató de quitarle algo de hierro al asunto y volvió a explicar que no le importaba cómo viste la gente en el Congreso de los Diputados, ni tampoco el peinado que lleva. «La sociedad hoy es diferente a la de 1982, y que haya un señor con rastas en el Congreso sólo significa que hay mucha gente con rastas en la calle», dijo. A pesar de reconocer que sus declaraciones se habían convertido en un «problema para ella», insistió en que sus palabras no dejaban de ser una simple broma.

También, Villalobos volvió a incidir sobre el asunto del hijo de la diputada de Podemos, Carolina Bescansa, y que había levantado varias críticas entre las filas de su propio partido. Aunque, en este punto, Villalobos señaló entender a Bescansa porque, incluso ella, se habría visto una vez obligada a llevar un día a una de sus hijas al despacho y meterla, según explicó, en un cajón archivador. A pesar de todo, Villalobos quiso dejar claro que, en estos momentos, el Congreso cuenta con una guardería y matizó que la actuación de Bescansa podría estar algo «desfasada en el tiempo».