El refugio de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga ha iniciado el año a más del 300% de su capacidad, sin tener en cuenta la extensa red de casas de acogida dirigida por voluntarios. Así, se desprende del balance de 2015, año en el que se recogieron 1.983 ejemplares; la mayoría de ellos, perros. En concreto, durante el año que acaba de terminar se recogieron 1.590 perros, 356 gatos y 37 ejemplares de otras especies como aves y hurones, según ha informado a Europa Press la presidenta de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga, Carmen Manzano.

En cuanto a los animales adoptados, fueron un total de 1.525, de los que 1.232 eran perros y 293, gatos. Del Centro Zoosanitario Municipal se rescataron durante el pasado año 261 canes y 33 mininos, según la responsable de la Protectora. En adopciones nacionales, se entregaron 993 perros y 273 gatos, y en internacionales, 131 y 15 gatos, respectivamente. Tal y como precisó Manzano, tras haber sido adoptados, fueron devueltos 91 canes y 12 gatos.

A petición de la Policía Local de Málaga, desde la Protectora acudieron a lo largo de 2015 al rescate de 133 perros y 14 gatos. Y, gracias al chip, pudieron localizar a las familias de 108 canes y cinco mininos.

Durante el año pasado, fallecieron en las instalaciones de La Virreina de muerte natural, por enfermedad o vejez un total de 24 perros y 22 gatos, y tuvieron que ser eutanasiados, por ser imposible su recuperación, 21 canes y 17 gatos.

Manzano recordó el caso de una perra que entró ya muerta en el refugio, tras haber protegido con su cuerpo a sus cachorros de las pedradas dadas por un grupo de personas. «Aguantó el dolor y el miedo y no huyó, sabía que si huía, sus pequeños morirían», relató. «Cuando nos avisaron y fuimos a rescatarla, apenas nos dio tiempo de acariciarla, muriendo en seguida; cuando levantamos su cuerpo roto, tres pares de ojos nos miraron aterrados», denunció Manzano, quien reconoció que, «a pesar de los años en el refugio y de tanta crueldad y maltrato como veo día tras día, hay casos como el de esta perrilla que me tocan el alma».

Además, admitió que «te arrancan un trozo de vida cuando las familias dejan a los perros viejos en el refugio porque ya están muy viejos y no pueden vivir en una casa; claro, están mucho mejor en unas instalaciones frías y húmedas -ironizó-, y te muerden el corazón las miradas de los perros de caza maltratados, atados en mitad de la nada, dejados allí para que perezcan de la peor muerte posible, con hambre, sed, miedo y frío».

«Seguimos sobrepasados y esta situación no se arreglará nunca hasta que la esterilización sea obligatoria y hasta que se controle y prohíba la caza con animales», alertó Manzano, quien precisó que en el refugio de La Virreina hay casi 300 perros de caza, la mayoría recogidos en condiciones extremas de malnutrición y abandono, y otros entregados por los propios dueños en no mejores condiciones.