«Don Ricardo Gross, cuando se echaba a andar tras una aspiración noble y edificante, no era un hombre, era una locomotora a plena presión», recordaba hace medio siglo el nonagenario Rafael Murillo Carrera de los tiempos de Ricardo Gross Orueta como presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo (entre 1913 y 1917).

Precisamente las gestiones de este malagueño hicieron posible que en 1916 la academia, y por tanto la ciudad, estrenara Museo Provincial de Bellas Artes, en los inicios en una casa de la calle Císter con Pedro de Toledo, alquilada a la Casa Larios por cien pesetas al mes, hasta que en 1920 pasó al edificio del actual Ateneo y Escuela de Prácticas Número Uno.

El Museo de Málaga es uno de los muchos logros de Ricardo Gross Orueta, nacido en 1872 y fallecido en 1941, a los 68 años.

Un año antes de sus gestiones en San Telmo, en 1915, había culminado junto con otros cofrades la fusión de la Hermandad del Cristo de la Buena Muerte con la antigua Cofradía de la Virgen de la Soledad, que dio lugar a la actual Congregación de Mena, de la que fue el primer hermano mayor.

De la quema de iglesias del año 31 la hija de Ricardo Gross, María Eugenia (Chica) Gross Loring, recordaba en 2010, tres años antes de morir: «Mi padre salvó a la Virgen pero el Cristo de Mena fue a salvarlo también con un amigo pero al ver que estaba escondido dijo, ya estamos tranquilos y luego al final esos hombres lo sacaron».

También fue Ricardo Gross Orueta prior de los servitas, aunque todavía no encabezaba la orden tercera cuando en marzo del 31, junto con Francisco Cames y Leopoldo Werner, salvó la imagen de la Virgen, la valiosa talla de Fernando Ortiz, de una destrucción segura.

Años antes, en el periodo de 1919-1920, fue elegido miembro del Congreso de los Diputados por el partido de Maura. En la lista de diputados históricos aparece con la profesión de comercial -de hecho su padre, Federico Gross Gayen, a cargo de la empresa familiar Federico Gross y Cía era exportador de vinos, aceites, pasas, frutas y madera así como consignatario de buques- aunque su hija María Eugenia contaba que a su padre «no le gustaban los negocios de exportación».

Y sin embargo, su vinculación con el puerto, el núcleo comercial de la Málaga de su tiempo, fue siempre muy grande y llegó a presidir la Junta de Obras del Puerto, antecesora de la actual Actualidad Portuaria.

Fueron además su buena gestión y su muerte en 1941 lo que motivaron que, un año más tarde, al colocarse en abril de 1942 la primera piedra del nuevo muelle 1 -el contiguo al Paseo de la Farola con 480 metros de largo y 60 de ancho- se le pusiera el nombre de Ricardo Gross, igual que el actual Palmeral de las Sorpresas lleva el nombre de Cánovas del Castillo (de los nombres de los muelles del Puerto, el único que conserva la denominación popular es el Muelle de Heredia).

Descendiente por la rama paterna de una familia del norte de Alemania que se asentó en Málaga a finales del XVIII, por la rama materna (su madre era María Orueta Scholtz) descendía de dos conocidas familias de origen vasco y alemán muy enraizadas en la Málaga del XIX.

En junio de 1905 Ricardo Gross Orueta contrajo matrimonio en la capilla de La Concepción con Julia Loring Heredia, nieta de los dueños de La Concepción, Jorge Loring y Amalia Heredia y por tanto bisnieta de Manuel Agustín Heredia. La joven Julia, hija única, era además III marquesa de Casa Loring y como destacó la prensa malagueña «había cambiado por un momento el traje de luto por el blanco de boda», ya que hacía poco que había fallecido su padre.

Ricardo y Julia, que pasaron la luna de miel en Madrid tras unos días en La Concepción, fueron padres de tres hijos, Julia, Federico y María Eugenia (Chica) Gross Loring. Esta última contaba en 2010 que nació en Gamarra y que no pudo conocer a su madre «porque murió a los 32 años, en 1916, cuando yo tenía 2 años». De ella cuenta que, poco antes de inaugurarse el Parque de Málaga, lo recorrió con un cochecito de caballos por casualidad, «por eso se contaba que lo inauguró ella».

Tras la muerte de su esposa , el marqués viudo de Casa Loring se traslada a vivir con sus tres hijos al Limonar, a Villa Cámara, donde comparte vivienda con su madre, María Orueta y su abuela Paulina Scholtz. Cinco años después contrajo matrimonio con Amparo Durán Peñalver (1894-1966).

Chica Gross Loring recordaba las temporadas que la familia pasaba en la finca de recreo de Santa Tecla en Churriana, construida por su bisabuelo, Federico Gross Lund. Ricardo, su padre, fue un hombre imprescindible en la vida pública del arranque del siglo XX en Málaga que dejó para la historia el Museo de Málaga y la Congregación de Mena.