­Los últimos pasos del Ministerio de Sanidad en lo que a la política vacunal se refiere han sido del agrado de expertos, asociaciones y pacientes. La llegada de Alfonso Alonso parece haber puesto en orden una maraña de recomendaciones y críticas que había enfrentado a Sanidad con varios sectores dispuestos a poner los puntos sobre las íes. Uno de los últimos anuncios fue la entrada en el calendario vacunal de la vacuna del neumococo, la conocida como Prevenar 13 de venta en farmacias y cuyas dosis sufragaban los padres al tratarse de una vacuna «opcional». Pero las comunidades tienen un año para incorporar la vacuna al sistema, que ya está implementado en toda España salvo en cuatro comunidades autónomas, entre las que se encuentra Andalucía.

Los especialistas han llamado la atención sobre la desprotección a la que se enfrenta la población pediátrica andaluza con respecto a la vacunación frente al neumococo. En concreto, pese a la obligatoriedad de incluir la vacuna antineumocócica conjugada en todos los calendarios vacunales adscritos al Sistema Nacional de Salud, Andalucía continúa sin determinar una fecha concreta para generalizar esta vacuna. De hecho, hace dos semanas el consejero de Salud, Aquilino Alonso, apuntó que desde el punto de vista legal disponen aún de muchos meses para implantarla. Como tope, el 31 de diciembre de este año.

Antes de la aparición de la vacuna antineumocócica conjugada, las infecciones neumocócicas llegaron a alcanzar una incidencia de entre 60 y 170 casos por 100.000 habitantes entre la población pediátrica española, según diversos estudios, convirtiéndose en una causa importante de morbilidad, hospitalización y mortalidad especialmente entre los niños menores de dos años.

La jefa del servicio de Pediatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, María Teresa Hernández-Sampelayo Matos, que asiste mañana a una ponencia del noveno Symposium de Pediatría del grupo pediátrico Uncibay, admitió ayer que esa desigualdad ocasiona perjuicios a los niños andaluces, sin acceso a esa equidad y que dificulta la protección total de la vacuna a consecuencia de las desigualdades territoriales. «No olvidemos la importancia de la vacunación directa e indirecta», señaló la experta, que recordó que esta enfermedad, que puede presentarse como otitis o sinusitis, puede llegar a ser grave provocando neumonías e incluso meningitis, lo que puede ocasionar incluso la muerte.