La provincia de Málaga no tiene las viviendas más caras, pero el nivel de los sueldos implica que el malagueño es de los que más porcentaje de su sueldo destina a pagar su casa, con un 28% del total de sus ingresos, según el informe Tinsa del mercado inmobiliario.

Esta cifra es de las más altas de entre las provincias con más peso demográfico analizadas por Tinsa, una circunstancia que se lleva repitiendo desde antes de la crisis. Ya en 2007 se marcó un máximo histórico, cuando el malagueño tenía que comprometer el 44% de sus ingresos a la compra de la vivienda, muy por encima de lo registrado en Barcelona (36% de los ingresos), Sevilla (34%) o Madrid (32%).

Esta distancia se mantiene ocho años después, con el mercado inmobiliario exigiendo un esfuerzo mayor al malagueño respecto a otras provincias.

La convivencia de un mercado inmobiliario extenso, con un nivel de precio relativamente alto por la demanda extranjera y unos sueldos por debajo de la media obligan a los malagueños a hacer un esfuerzo mayor para acceder a una vivienda.

El informe de Tinsa estima que, para adquirir una vivienda, en la provincia se abona el equivalente a 7,7 años de sueldo íntegro. Esta cifra es más baja respecto al máximo histórico, que se alcanzó en 2007 con 11,6 años, pero sigue superando ampliamente a la media nacional (5,9 años) o de otras grandes provincias como Barcelona (6,2), Madrid (5,3 años) o Zaragoza (4,4).

Perfil inmobiliario

El perfil inmobiliario de la provincia muestra cómo los tramos de precios medios son los que acumulan más del 60% de la oferta. Así, las viviendas que oscilan entre los 50.000 y 100.000 euros acumulan el 31% de la oferta; seguidas del 30% de las viviendas entre 100.000 y 150.000 euros.

Estas viviendas, que suelen ser de menor tamaño, de hecho se encuentran ahora entre las más demandadas y las que están tirando al alza los precios. Así, los estudios o apartamentos de un dormitorio se han encarecido un 3% en un año, mientras que las de dos dormitorios lo ha hecho un 1,20% y las de tres dormitorios un 1,50%.

Por tipo de vivienda, es el unifamiliar adosado el que centra el mayor interés de los compradores, seguido de los pisos. En cambio, los chalets siguen de capa caída y se registran devaluaciones todavía en su precio para intentar animar la oferta, al bajar un 1,7% respecto a 2014.

Un aspecto positivo es el creciente dinamismo de la venta de viviendas, que en la provincia de Málaga sitúa en poco más de nueve meses la espera media para vender un piso, lo que la sitúa entre las veinte provincias donde la espera es menor. En el lado contrario están Cantabria, con 18,6 meses de espera media; Álava, 17,7 meses; Segovia 15,6; y Ávila 15,2 meses.