­La hostelería de Málaga, representada, de momento, por dos asociaciones, Mahos y Amares, ratificó ayer en asamblea su decisión de unirse a partir de mañana en un solo colectivo con la intención de aunar fuerzas para protestar contra lo que consideran una situación de «acoso permanente» por parte del Ayuntamiento, al que, por otro lado, conminan a ser flexible con la implantación de terrazas si no quiere enfrentarse, y en fecha señalada, a una convocatoria de huelga.

Los representantes de ambas asociaciones, Jesús Sánchez y José Porras, explicaron al término de la reunión que ya se ha marcado un calendario para la unificación definitiva del gremio e, incluso, para ejecutar su amenaza en caso de que la administración omita el diálogo y las reivindicaciones. La semana que viene el colectivo celebrará una nueva asamblea. En cuanto a la movilización, Sánchez explicó que se esperará hasta los primeros días de marzo: si el 6, coincidiendo con el encuentro andaluz de los hosteleros, no hay respuesta municipal, el sector echará el cierre, presumiblemente en una jornada de alta concentración de cruceros, si bien no se descartan, incluso, fechas todavía más controvertidas como la Semana Santa.

Sánchez, que se quejó del escaso interés mostrado por el Ayuntamiento de Málaga, que no ha avisado, de momento, al colectivo para reunirse formalmente en la mesa de negociación, avanzó que ya ha sido remitida para la evaluación del Consistorio una copia del manifiesto suscrito ayer con el beneplácito de los socios; los hosteleros entienden que ahora es al alcalde y a su equipo a los que les toca mover ficha y examinar las propuestas, entre las que destaca una muy clara y a tono con la polémica de los últimos meses: la elaboración de una nueva normativa que sea más flexible que la actual, y por supuesto menos restrictiva que la que sugieren los primeros informes, en cuanto a la ocupación con terrazas de zonas especialmente concurridas como Teatinos o el Centro.

Garantías. El sector quiere garantías de que no habrá nuevas retiradas de mesas y, para ello, apela a su aportación a la economía y a una batería de peticiones que incluyen también a la Junta. Desde el cambio de catalogación urbanística del Centro, para el que piden que se convierta legalmente en zona comercial, lo que daría mucha más alas a la actividad, a la declaración, esta sí por parte de la Administración autonómica, de área de gran influencia turística durante los doce meses del año.

La hostelería, cuya asamblea congregó ayer a numerosos profesionales y empresarios, también plantea que se modifiquen las normas generales que regulan al sector para eliminar restricciones que consideran anticuadas e innecesarias como la que impide a los locales funcionar al mismo tiempo como bares musicales y restaurantes. El colectivo anunció, además, que ha puesto en marcha una campaña de concienciación (Málaga con la hostelería) que pretende aumentar su eco con la participación de malagueños conocidos dentro y fuera de la provincia.