La probabilidad de que se den casos del virus zika en España en personas que no han viajado al extranjero es remota. De hecho, todos los casos que se han dado hasta ahora en el país son de personas que han estado en países de Centroamérica.

«La posibilidad de que haya una epidemia explosiva es muy escasa», señala el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UMA, Joaquín Fernández-Crehuet, que admite que este virus puede compararse con el del chikungunya, también transmitido por un mosquito.

Pero el también presidente de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Málaga llama a la calma. «La hembra pica al enfermo, se lleva la sangre y pica a otros, siendo mucho más frecuente y endémico el chikungunya», señala, al tiempo que informa de que ni en 2014 ni en 2015 ha habido casos autóctonos en España, sólo importados de la zona de influencia, habiendo sumado un total de 260. El médico señala que este otro virus es más endémico que el zika, del que aún hay pocos casos y que, recuerda, es una enfermedad «banal». «Presenta un cuadro febril y es similar a la gripe», asegura Fernández-Crehuet, que apunta a que el reto está en investigar ahora si los mosquitos españoles pueden transmitir la enfermedad.

«El único problema es que afecta mucho al feto. Si pica a la embarazada puede producir graves malformaciones o trastornos neurológicos, aunque está por demostrar que en los casos que ha habido hay una relación causal», apunta el experto.

Por eso, aboga por acelerar las medidas de prevención y las labores de investigación para que el brote no se haga autóctono. «Los casos empezaron en Uganda, luego en Nigeria y Camerún hasta que ha saltado a Centroamérica», señala el profesor de la UMA, que considera que, así como con el ébola la Organización Mundial de la Salud (OMS) estuvo «remisa», con este virus ha sido «prudente» para que haya una especial vigilancia y los países elaboren protocolos si se dan casos para evitar que pueda llegar a hacerse autóctono.