­Cada día a la hora de comer, los refugiados sirios que a duras penas consiguen llegar a la isla de Lesbos se asoman a miles de hogares españoles, a través del telediario, con escenas e historias dramáticas que revuelven la conciencia de los telespectadores. Pero basta con cambiar de noticia para que pase el efecto.

Sin embargo, cinco bomberos de Marbella y uno de Málaga no se lo pensaron dos veces y decidieron aprovechar sus días de vacaciones para hacer las maletas y viajar hasta Grecia, dejando en España a sus familias, para ayudar a los refugiados sirios.

El martes por la noche llegó a Málaga el contingente que viajó a Lesbos el pasado 1 de febrero. Por el bien psicológico de ellos no les recomienda estar mucho tiempo sobre el terreno. De hecho, la Universidad de Málaga se ha ofrecido a prestar tratamiento psicológico a los bomberos que vuelven de ayudar a los refugiados.

«La experiencia que vivimos los que vamos a Lesbos es dura, muy dura», reconocía Manuel Lavigne, uno de los bomberos de Marbella desplazados, al poco de llegar a Málaga. Y es que se viven situaciones casi de hacinamiento ya que son miles los sirios que llegan cada día por mar, cuando no se quedan en el camino. El resto del contingente lo formaron los bomberos José Luis Rubio, Pepe Rueda, Diego Vazquez, Javier Fernández y Olegario del Río. Estos dos últimos prefirieron volver desde Madrid por carretera.

En las últimas fechas son menos los que llegan a tierra firme. No saben decir muy bien por qué. Puede ser por la dureza del invierno en la zona o por la severidad con la que se están tomando los controles las autoridades turcas.

Los bomberos malagueños realizan tareas de apoyo. «Ayudamos a la asistencia en los últimos metros antes del desembarco, intentamos que no encallen y evitamos los naufragios», explicaba Lavigne. Los bomberos voluntarios de la asociación Proem-aid hacen turnos de varias horas para realizar una mejor tarea a pesar del cansancio.

Esta tarea les ha traído algunos problemas. No a ellos, pero sí al grupo de bomberos sevillanos que hace pocas semanas fueron detenidos por «tráfico de personas». Sus compañeros han tenido que pagar 15.000 euros de fianza para garantizar su estancia en el juicio, lo que ha mermado las reservas que tenían para preparar nuevos viajes y relevos. Incluso el propio Gobierno griego tuvo que pedir disculpas al haberles acusado de portar armas, reconociendo posteriormente que no era así.

Lavigne asegura que en Europa «no hay conciencia real de todo lo que está ocurriendo con los refugiados, es un verdadero éxodo». Actualmente hay en la zona más de 80 ONG realizando labores humanitarias, «por ahora son suficientes, pero en el futuro no sabemos lo que podría hacer falta ya que puede haber un repunte del flujo de refugiados».

En la actualidad, los refugiados viajan en embarcaciones en condiciones infrahumanas. Los bomberos cuentan que más de 50 personas se hacinan en pequeños barcos, con serio peligro para su integridad.

En los próximos días partirá un nuevo contingente de bomberos de la zona de Marbella y Estepona para hacerles el relevo. De hecho, estos bomberos -que portan dos contenedores con ayuda ofrecida por los vecinos de ambas poblaciones malagueñas- se han visto obligados a realizar una campaña de mecenazgo para poderse costear el viaje y el de las ayudas recibidas.