Para los biógrafos de don Antonio Cánovas del Castillo, los 14 números del semanario La Joven Málaga, la primera aventura del futuro político malagueño en la arena pública, eran una entelequia. Todos los daban por perdidos, de ahí que incluso en la exposición que tuvo lugar en Madrid en el centenario de su muerte (1997), el ejemplar de La Joven Málaga que se mostró, del Archivo Díaz de Escovar, fuera una publicación muy posterior que no guardaba relación con el estadista malagueño.

El panorama ha cambiado de forma radical desde finales de enero, cuando Luciano González, de 83 años, malagueño adoptivo nacido en Ciudad Real, presentó su tesis doctoral, la primera investigación que analiza la faceta de Cánovas del Castillo como periodista y que incorpora los 14 números nunca localizados de La Joven Málaga. Una doble novedad que le ha valido el doctorado por la Universidad de Málaga, con la calificación de sobresaliente cum laude. La tesis la ha dirigido el decano de Periodismo Juan Antonio García Galindo.

Luciano González, veterano periodista, afincado en Málaga desde 1975 y ateneísta como Cánovas (es Ateneísta de Honor de la Federación de Ateneos de Andalucía, de la que es vicepresidente primero), cuenta que cuando tuvo cerca la jubilación en el Ayuntamiento de Málaga, pues ha sido durante muchos años jefe de prensa con los alcaldes Pedro Aparicio y Celia Villalobos, «hice los cursos de doctorado» con la idea de llenar de trabajo intelectual la nueva etapa.

Decidió investigar sobre Cánovas a raíz del centenario de su muerte y cuando llevaba un tiempo buceando en los archivos esta labor llegó a oídos del catedrático de Historia Contemporánea Manuel Morales, que le entregó el tesoro de La Joven Málaga. «Él me cuenta que un alumno, hacía más de 30 años, le había dicho que tenía de su abuelo la colección de un periodiquillo». Eran los 14 números dados por perdidos, los comienzos de don Antonio Cánovas del Castillo, que Luciano González ha convertido en protagonista de la primera de las tres partes de la tesis, que examina un total de 120 artículos del político malagueño.

El joven Cánovas, de 17 años, dirige este semanario local que costaba un real y salió durante 14 semanas de 1845. Era una colección de poemas y artículos de costumbres en la que, subraya Luciano González, en la introducción al primer número ya se palpa el adolescente ambicioso al que Málaga se le queda pequeña y así, escoge estos significativos versos de Valbuena para el estreno de la revista: «A alcanzar con mi pluma a donde quiero, fuera Homero el segundo, yo el primero».

La segunda parte de la tesis analiza el Cánovas periodista que se abre camino en Madrid en numerosas publicaciones, desde 1845 hasta 1854, cuando su mentor Joaquín Francisco Pacheco -director del semanario La Patria y que llegó a presidir el Consejo de Ministros- lo introduce en política de la mano de Leopoldo O´Donnell.

De su tiempo en el periodismo madrileño Luciano González recupera anécdotas escritas por Emilio Cánovas, hermano del futuro estadista, como la que señala que el joven «era polemista y broncoso y dos veces estuvo llamado a duelo». En esta etapa, por cierto, escribe mucha crítica teatral y la asistencia a los teatros madrileños le sirve para entrar en contacto con la sociedad de la capital.

La tercera parte de la tesis doctoral se ocupa del periodo 1854-1897, en el que conviven el político y el periodista, que ante todo escribe de temas históricos.

Entre las conclusiones de la tesis, Luciano González resalta que «el periodismo fue la afición inicial de Cánovas que le sirvió para darse a conocer y una vez conocido, su gran vocación es la Historia pero su gran pasión es la política».

Para el investigador, Cánovas sigue mucho el estilo de la época y su escritura es «farragosa» y propia de una persona «muy instruida», aunque hay excepciones a lo farragoso como un hermoso artículo sobre sus recuerdos de Roma. Luciano González quiere agradecer el apoyo constante de su director de tesis, Juan Antonio García Galindo, y confiesa que la figura de Cánovas «es inabordable», un político que con los años pasa de liberal conservador a «más conservador» y que marcó la Historia de España. Ahora, gracias a esta tesis, se conoce más a fondo su faceta menos conocida: la del periodista que se estrenaría con la pluma en su ciudad natal. Tomen nota los historiadores.