­La prueba de que la nueva política, al menos lo que hay de ella en sus pretensiones sobre el papel, se ha apoderado de la Diputación durante este mandato se refleja en la condición de que el pleno ordinario del mes de febrero, que se celebra hoy, centrará su atención en la transparencia y en el uso adecuado de los recursos públicos. Una vez más, el pleno estará centrado en la ya eterna discusión sobre el cómo y cuándo de la aplicación de determinados ceses o contrataciones del personal en la Diputación. En esta ocasión, con especial sensibilidad puesta sobre el papel que ejercen los cuatro directores generales de la Diputación y en la última contratación de la exdirectora de Sabor a Málaga que, según apuntan tanto Ciudadanos como el PSOE, podría haber sido recuperada para la marca, esta vez, de manera arbitraria.

El portavoz de Ciudadanos, Gonzalo Sichar, afirmó ayer que la contratación de quien fuera la directora de Sabor a Málaga se habría producido bajo unas circunstancias «poco transparentes». Cabe recordar que el puesto fue cubierto a través del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) y tras rechazar hasta tres candidatas que, según se argumentó, no cumplían con los requisitos. Todo lo contrario, Sichar afirmó ayer, tras haber podido estudiar toda la documentación respectiva al expediente de contratación, que los aspirantes al cargo habían sido rechazados a pesar de «cumplir con las condiciones exigidas». Transmitió Sichar el notable malestar en Ciudadanos por este asunto, cuando habló de que esta forma de proceder «choca con Ciudadanos e, incluso, con el acuerdo de investidura». En este sentido, también aseguró que aún no se ha cumplido con la parte del acuerdo de investidura que preveía que los cargos de directores generales estuvieran ocupados por funcionarios de la propia Diputación. «En el acuerdo de investidura se estableció que, preferentemente, debían ser funcionarios», recordó el portavoz de Ciudadanos.

Por su parte, su homólogo en el PSOE, Francisco Conejo, argumentó en la misma dirección, denunciando el supuesto trato de favor hacia determinadas personas consideradas, según él, «cercanas al PP». Señaló, en este sentido, que «los cuatro directores generales son antiguos cargos de confianza del PP» y que el PSOE quiere acabar con los «chanchullos del PP y del presidente de la Diputación, Elías Bendodo, para contratar a sus afines y amiguetes».

Con este trasfondo, las mociones de Ciudadanos y de PSOE, calcadas en espíritu, pretenden velar por la transparencia y la igualdad en los procesos de selección de los trabajadores de la Diputación. «Estas contrataciones deberán realizarse, en la medida de los posible, a través de las bolsas de empleo», señaló Conejo.

Proceso impecable. La portavoz del PP, Francisca Caracuel, defendió el mencionado proceso de selección para cubrir el puesto como técnica en Sabor a Málaga como «transparente» e «impecable», a la vez que apuró que «no podemos pretender que las personas que ya han trabajado en la Diputación no puedan ser contratadas de nuevo. Ante las reiteradas quejas de Conejo, la portavoz popular le recordó que la Diputación, bajo mandato socialista, contaba con hasta 70 cargos de confianza.