La polémica sobre el metro al Hospital Civil ha puesto de nuevo de actualidad la veterana reivindicación vecinal de la llegada del metro a Campanillas y el PTA. «Lo llevamos pidiendo desde 2007», aclara Carmela Fernández, presidente de la asociación de vecinos Evolución de Campanillas, que el pasado miércoles reivindicó este transporte a la salida de los trabajadores del PTA, en mitad del atasco de todas las tardes.

«La gente está colapsada dentro del parque y luego la cola también llega hasta Santa Rosalía Maqueda», cuenta Salvador Aranda, dirigente vecinal, que cree que la discusión sobre el metro al Hospital Civil, no ha acercado ni alejado la llegada del metro a Campanillas «porque no hay ningún proyecto que se haya puesto en marcha».

En cualquier caso, subraya la presidenta Carmela Fernández la postura de la asociación es apoyar un metro subterráneo hasta el Hospital Civil y uno en superficie a Campanillas. La presidenta recalca que no se trata de que un proyecto salga adelante y el otro no sino de lograr ambos, porque son necesarios, sólo que la línea del Civil, bajo tierra.

Con respecto a la de Campanillas, Salvador Aranda argumenta que « la línea está en los talleres de Los Asperones, a sólo tres kilómetros de Campanillas. Lo único que tendría más costo es cruzar el río pero lo otro es allanar y tirar para adelante».

Pero también subraya que la movilidad de esta parte de Málaga no se solucionaría sólo con el metro. «Ahora mismo el PTA tiene unos 15.000 trabajadores que se mueven dos, tres y cuatro veces al día y cuando la situación económica repunte se puede poner en 20.000. En ese caso la ventaja de contar con un metro o un Cercanías se la comería el aumento de trabajadores, por eso no se puede descartar ni el metro, ni el tren de Cercanías (un ramal del tren a Álora) ni la solución para la rotonda de Plácido Fernández Viagas», destaca Salvador Aranda, que precisa que la asociación pide un paso subterráneo o aéreo para que el PTA conecte directamente con la autovía.

Junto a los dirigentes vecinales está Raquel Ariza, vecina del barrio, que cuenta que tiene que desplazarse a diario a Málaga, «y para entrar en Campanillas a las tres de la tarde la carretera está colapsada totalmente pero si tiras por el cruce del Cortijo Jurado, peor me lo pones». Raquel cree que si los políticos tuvieran que ir y venir a Campanillas durante un mes, «se darían cuenta al momento del problema».

A su lado está Paqui Adana, otra vecina, que lamenta «el caravanón de las 8.30 de la mañana» y cómo muchas veces «no puedes ir al Centro porque estás bloqueada». Su marido, José Fernández, recuerda que se pueden tardar 45 minutos en llegar del Centro a Campanillas cada mañana. «El que esté trabajando aquí tiene que estar amargado perdido».

Por todo ello, Salvador Aranda aprovecha para pedir a las administraciones «que si lo que falta es dinero, es necesario al menos empezar a andar, una hoja de ruta y entender que la solución del metro no es total».

La asociación, que forma parte de la mesa de movilidad del PTA y colabora con la Fundación Ciedes, se reunirá próximamente en Sevilla con el consejero de Fomento para plantearle sus reivindicaciones.

«Tenemos que lograr la movilidad en Campanillas. Estamos en el siglo XXI para que no quieran reconocer el problema que tenemos aquí», explica Carmela Fernández, mientras los coches del PTA pasan en procesión.