No cabe duda de que la realidad supera la ficción. Esta frase se usa cotidianamente para referirse a sucesos reales que sobrepasan las historias ficiticias. Pero esta expresión, cobra mucho más sentido al conocer la historia de Enrique Sánchez, un productor de televisión, que inesperadamente y por sorpresa, encontró el mejor guión de cine que nunca pudo imaginar: un libro de poemas en el que latían las vivencias de su tío abuelo en la Guerra Civil. Con un valor añadido, se trataba de una historia real.

Al fallecer los padres de Enrique Sánchez, éste desocupaba la casa de recuerdos para venderla. Y cuál fue su sorpresa cuando encontró en un cajón un libro de poemas y otros documentos de la Guerra Civil de su tío abuelo. «Al levantar la tapita del libro de poemas, en la primera página ponía: Libro escrito por Antonio García Álvarez, en la Prisión de Málaga, jaula número 3; 1940», cuenta Sánchez. Explica que lo que más le sorprendió fue que esos poemas de su tío abuelo -del que nunca antes había escuchado hablar- se escribieron cuando estaba condenado a muerte. En ese momento, Sánchez se dispuso a buscar más información.

Lo que aquellas páginas escondían era una historia de amor en plena Guerra Civil, unos ideales libertarios, una huida, la cárcel, una esposa y dos hijas, otra chica embarazada, y lo peor de todo: una condena a muerte, con un indulto; pero que desgraciadamente, llega demasiado tarde.

Sánchez aclara que este libro de poemas es una especie de reflexión cuando su tío abuelo -Antonio García Álvarez- estaba en la prisión, pero al mismo tiempo, con una restrospectiva hacia todo los momentos vividos. La marcha de Málaga por la Carretera de Almería en la Desbandá; va contando sus aconteceres, sus amores con una chica, María Roa Jiménez, su huida y detención en Málaga. «Fui investigando el tema, hablando con muchas personas y documentándome en los archivos históricos. Me di cuenta de que su vida era como un guión de cine», detalla.

Al protagonista de la historia, Antonio García, le apodaban «el chófer» porque era taxista de profesión. Militaba en la CNT y tenía una compañera sentimental en Málaga, María González, con la que tuvo dos hijas, Paquita y Rosita; que tenían 2 y 3 años de edad cuando él huye con el ejército republicano a Pozoblanco. En esta zona, la guerra quedó detenida por un periodo de dos años, momento en el que «el chófer» conoce a una chica, María Roa Jiménez; se enamora perdidamente de ella y mantienen una relación sentimental de casi dos años.

Cuando se reanuda la guerra en la zona de Pozoblanco, Antonio se marcha forzosamente en busca de nuevas trincheras. En ese momento, María Roa le confiesa que está embarazada. En febrero de 1939 Antonio se marcha a Alicante replegándose con el ejército republicano y lo llevan a un campo de concentración -uno de los más duros de España- del que finalmente logra escapar. Antonio se va andando a Málaga, tarda casi un mes, hasta que llega y se esconde en casa de su hermana Mariana. Por desgracia, a los 25 días le descubren y lo detienen. Posteriormente, un Consejo de Guerra le juzga y es condenado a muerte por adhesión a la rebelión militar.

El libro de poemas -de 67 páginas- se escribe de forma clandestina durante los meses que Antonio estuvo en la Prisión Provincial de Málaga, entre febrero del 1940 -cuando le condenan a muerte- hasta septiembre de ese mismo año. Unos días después, es fusilado. Sánchez narra cuando fue al archivo histórico a buscar el expediente de su tío abuelo: «La trabajadora del archivo me dijo que a mi tío abuelo le fusilaron y yo me quedé muy sorprendido porque no le había contado nada sobre esta historia. Le pregunté que cómo lo sabía y me contestó que en el expediente de mi tío estaban escritas las siglas ´L. N.´, que significaban ´Libertad Negra´». Sánchez cuenta que se trataba de un eufemismo creado por la prisión para señalar a quienes habían sido entregados al pelotón de fusilamiento para ejecución de la sentencia de muerte. «De ahí viene el título del documental -Libertad Negra- porque me impactó mucho que fusilaran a más de 3.000 personas en esa época y encima con un eufemismo tan macabro».

En la trepidante búsqueda de Sánchez, encuentra un documento que aporta aún más conmoción a la historia: «Localicé un expediente de la Capitanía General de Sevilla, del 2 de abril de 1941, en el que en una amnistía de las que hacía el régimen franquista, le conmutaban la pena de muerte a mi tío abuelo por la de prisión atenuada; posiblemente, porque él no tenía delitos de sangre. Pero cuando el oficio llega a la prisión él ya está muerto».

En el tiempo que Antonio estuvo en la Prisión Provincial de Málaga relata sus vivencias dentro de la propia prisión, acompañado de un flashback de recuerdos de todo lo vivido en Córdoba con su amada María Roa. En estos escritos, pide desesperadamente a su hermana que le haga llegar estos poemas a María Roa: «Amada hermana Mariana, te pido este favor que creo que sabrás cumplirlo y es que guardes cuidadosamente este libro que te mando y que no lo lea nadie (...) , para que lo recoja una muchacha de Córdoba que tuve unos amores con ella».

En uno de los poemas, Antonio rememora a María Roa: «Maltrecho y destrozado, un día de primavera, ¡juventud del corazón! y no de la lucha fiera, me encontraba en Bujalance, cerca de las trincheras; cuando vi tus ojos negros y tu negra caballera, y tu cara de marfil, - olores de hierbabuena».

En otro de sus versos, Antonio se lamenta por no haber podido conocer al hijo que ambos tuvieron en común: «Hoy todo ha pasado, y cuando mustio en mi celda recuerdo que ya muy pronto mi cuerpo irá hacia la tierra, pensando en el hijo amado que en mi ausencia viniera, con su carita rosada y su carnecita tierna».

Cumplir su última voluntad

El corazón de esta historia y motivación por la cuál Sánchez decide hacer el documental es hacer cumplir la última voluntad de su tío abuelo y entregar el libro de poemas a María Roa. El director del documental apunta que, «por el tiempo que ha transcurrido, lo más probable es que la protagonista haya fallecido». Sánchez relata que se han recorrido todos los registros civiles de la zona del Valle de los Pedroches y no se han encontrado pistas. «Hemos encontrado algunas personas con el apellido Roa pero no entronca con esta familia. Tenemos algunas pistas que apuntan a que esta mujer emigró pero no se sabe a donde. Parece ser que rehizo su vida sentimental con otra persona y tuvo un hijo».

«Para mí, averiguar el paradero de María Roa, su descendencia, o localizar su tumba para depositar allí los poemas, significaría cerrar el círculo», confiesa Sánchez. El libro de poemas, que estuvo oculto durante décadas en el fondo de un armario, ha dado lugar a un prometedor documental, Libertad Negra, que se va a presentar en la próxima edición del Festival de Cine Español de Málaga. De manera paralela, se van a publicar los poemas en un libro. «Vamos a dar a conocer la historia, que era una de las partes de la petición de Antonio. Y falta la otra parte, que es hacer llegar los poemas a María Roa, aunque sea de una manera metafórica o simbólica. Antonio expone que aunque esto suceda 75 años después, él se ha propuesto llevarlo a cabo e intentará conseguirlo. Sólo al final del documental, el espectador descubrirá el desenlace.