­El tercer día de huelga de la plantilla de Limasa dejó en la ciudad más de 1.500 toneladas de basura sin recoger y el inicio de lo que las autoridades sanitarias consideran como problemas higiénicos y sanitarios. Todo ello mientras la polémica se deriva hacia los servicios mínimos y su ejecución o la necesidad de que aumenten.

En este aspecto la polémica la inició el Ayuntamiento por boca del propio alcalde, Francisco de la Torre, que ayer señaló que no se están cumpliendo los servicios mínimos fijados por la Junta, por lo que, a través de la empresa, solicitará al Gobierno andaluz que garantice su ejecución íntegra o, en su defecto, que los aumente para que esto sea posible.

Los servicios se estarían cumpliendo, según De la Torre, a un 40% para la huelga, lo que ha supuesto que durante los dos primeros días de paro se hayan recogido 503 toneladas de residuos, mientra que se quedaron en la calle un total de 1.222 toneladas de basura, lo que supone el 29,1% de lo habitual en el mismo periodo de tiempo.

«Con esos servicios mínimos reales es difícil recogerlo todo, quedándose en torno al 70 o al 80 por ciento de la basura pendiente de recoger», señaló De la Torre.

Por contra, el comité de empresa aseguró que «se están cumpliendo los servicios mínimos» fijados por la Junta para la huelga y «si hay algún problema, se debe a que los vehículos están en malas condiciones». Añadió que «no hay nada de intencionado en las averías, e incluso, la empresa nos dice que estamos facilitando todo». «Si hay un problema en un vehículo, se vuelve a Los Ruices para intentar arreglarlo, pero si la flota está en mal estado no es nuestra culpa».

El presidente del comité, Manuel Belmonte, advirtió de que espera que el Ayuntamiento no se plantee contratar a empresas para retirar residuos en puntos críticos, como hizo durante la huelga de 2013 por motivos de seguridad y de salubridad. «En este caso no hay nada especial», concluyó.