En junio del año pasado esta sección visitó a Manuel Pérez Villanúa, coleccionista e investigador de la vida y obra de Bernardo de Gálvez (1746-1786). Además de que posiblemente sea el coleccionista más importante de España, también es el más veterano porque comenzó a atesorar documentos y objetos relacionados con el malagueño de Macharaviaya, virrey de México y gobernador de La Luisiana hace casi medio siglo, a partir de 1967.

No en vano vive en la calle Conde de Gálvez del Rincón de la Victoria, muy próxima a la calle Matías de Gálvez, padre de Bernardo de Gálvez y a la avenida de Macharaviaya, nombres que logró que el Ayuntamiento del Rincón aprobara a mediados de los años noventa.

El reportaje de esta ocasión se centra en nuevas adquisiciones de su colección o en algunas en las que merece la pena detenerse. La primera de ellas, muy llamativa, es la partida de nacimiento y bautismo de Matilde Felicia Gálvez Saint-Maxent, la hija que tuvieron Bernardo de Gálvez y su esposa Felícitas de Saint Maxent. La niña nació el 13 de agosto de 1778 en Nueva Orleans. Por el documento, cortesía de la Archidiócesis de Nueva Orleans, sabemos que fue bautizada ese mismo año, el 24 de octubre, y su padrino fue Esteban Miró, ayudante de campo del estadista malagueño.

«La partida de nacimiento es muy importante, nadie se ha preocupado por ella porque las mujeres, en esta tierra, habían estado en un segundo plano», destaca Manuel Pérez Villanúa.

De la hija de Gálvez también conserva reproducciones de algunos de sus cuadros ya que como explica, «según parece, Matilde viajaba siempre con una caja de pintura y pinceles». Uno de esos cuadros lo pintó en Zaragoza con sólo 14 años y en él aparecen dos amantes muertos. Al pie figura una leyenda en verso y esta frase: «Matilde de Gálvez lo hizo en Zaragoza en el año de 1792». De la hija de Gálvez también tiene la partida de defunción en Málaga, «en la Huerta del Obispo, Barrio del Perchel número 14» el 2 de diciembre de 1839.

Pero en la capital aragonesa, más o menos por esas fechas, estaba la viuda de Bernardo de Gálvez, Felícitas de Saint Maxent, con sus hijos, también con los habidos en su primer matrimonio antes de casarse, ya viuda, con el militar malagueño.

Una de estas hijas y por tanto hermanastra de Matilde era María Adelaida D´Estrehan y Saint-Maxent que también fue muy diestra en la pintura y en 1791, un año antes que Matilde, cuando contaba 17 años, pintó una escena romana con una leyenda en la que además de unos versos alusivos a Horacio puede leerse: «Adelaida Destrehan lo hizo en Zaragoza, en el año 1791 a la edad de 17 años». Los dos cuadros de las hermanastras forman parte del patrimonio artístico de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Zaragoza.

El interés por el legado de Bernardo de Gálvez del investigador también ha hecho posible que la familia andaluza propietaria de un notable cuadro del que fuera ministro de Indias José de Gálvez, tío de Bernardo, le remita una foto, en la que se aprecia además el artístico marco de la obra.

El cuadro lo vio reproducido por vez primera en el libro más antiguo que posee sobre Bernardo de Gálvez, el que el malagueño Sebastián Souviron publicó en 1947 con el título de Bernardo de Gálvez, Virrey de México. En ese libro se informaba que el lienzo estaba atribuido a Rafael de Mengs.

La foto en color, marco incluido, permite apreciar muy bien la carta que en el lienzo porta don José de Gálvez, en la que puede leerse: Al Excelentísimo Señor Don José de Gálvez Secretario de Estado y Ministro del despacho Universal de Indias. Madrid». Manuel Pérez Villanúa quiere agradecer a la familia propietaria el detalle de enviarle la instantánea.

Para el veterano investigador y coleccionista, la reciente inauguración de un retrato de Bernardo de Gálvez en el Congreso de los Estados Unidos, el nombramiento de Ciudadano Honorario de este país y los sucesivos homenajes a su figura también en España son el merecido reconocimiento a un militar malagueño que hace medio siglo sólo él y un reducido círculo conocían y admiraban.