Jorge Enrique López, con la facilidad con la que se levanta un pequeño canto rodado, levanta tres losetas de la plaza pública dedicada a Leonardo da Vinci, en la urbanización Miramar del Palo II, también conocida como Echeverría II.

Y eso que en la primavera de 2014, tras unos meses de tira y afloja con los vecinos, el Ayuntamiento anunció el arreglo por 108.000 euros. Los vecinos llevaban diez años reclamándolo porque las jardineras de este espacio tenían filtraciones y el agua dañaba el aparcamiento subterráneo. En cualquier caso, el arreglo no gusta a Jorge Enrique López, presidente de la comunidad de propietarios de un tercio de la urbanización y el primer vecino en vivir en ella (se construyó en 1986): «Nos lo arreglaron de muy mala manera, ha sido una chapuza», resume.

Menos de dos años después de las obras municipales, la plaza presenta grietas en varios puntos y en otros rincones el piso levantado. Pero también hay pisos con daños: «Vivo en un primero y mi terraza no puedo cerrarla. Puse un cierre de alumino y como ha cedido ha perdido la verticalidad y la puerta no cierra», cuenta.

Para el presidente el problema está claro: «El terreno está cediendo». Y el causante es el venero de aguas subterráneas de la fuente del Cochino, que pasa por debajo de la urbanización, que además se encuentra a pocos metros del arroyo Gálica.

El problema se ha agravado, detalla Jorge Enrique, con las recientes obras del aparcamiento y el campo de San Ignacio, que se encuentra enfrente y que ha cortado el camino de estas aguas, por lo que se acumulan bajo la urbanización.

Para el presidente de la comunidad de propietarios, antes de construirse la urbanización «se tenía que haber hecho un estudio geotécnico y si lo hicieron y le dieron el permiso para construir, mal hecho porque las filtraciones se sabían», critica, y cuenta que fue a consultar el problema hace bastantes años en la antigua Confederación Hidrográfica del Sur «y me dijeron que aquí no se podía edificar».

Jorge Enrique López cree que la solución debería ser la construcción de «un gran muro pantalla, en la carretera -calle Almería- para desviar las aguas subterráneas porque la fuente del Cochino está ahí arriba y las aguas vienen para abajo».

La urbanización, explica el presidente, ya se gastó hace unos cinco años «cerca de 120.000 euros» en aplicar al aparcamiento un hormigón especial que repele las filtraciones y la humedad, «además de una arqueta con seis bombas, para, en el momento en que entre agua, empiecen a vaciar, más otro pozo que tenemos con dos bombas que puso Echeverría en su día porque sabía que habría problemas aquí».

Por todo ello reclama que la urbanización la inspeccionen técnicos del Ayuntamiento y recuerda que es algo que ha pedido en varias ocasiones, sin resultado. «Hoy mismo -por el pasado lunes- he pedido la última cita al director del distrito», detalla.

Ayuntamiento. El concejal de Málaga Este, Julio Andrade, que ayer se encontraba en la Feria de Turismo de Berlín, declaró que en primer lugar hará falta «un informe de Urbanismo para ver si este asunto le corresponde al Ayuntamiento o no» y una vez realizado el informe, organizar «una visita técnica de inspección». «Lo agilizaremos para que la visita se haga lo antes posible», destacó.