­La brecha salarial entre mujeres y hombres se mantiene, según las estimaciones de los sindicatos CCOO y UGT elaboradas con motivo del Día Internacional de la Mujer a partir de los últimos datos de la Agencia Tributaria, que arrojan una diferencia de 3.900 euros entre el salario bruto anual declarado entre ambos sexos. Los hombres presentan una media de 16.918 euros por ingresos de trabajo frente a los 13.082 euros de las mujeres, lo que equivaldría a decir que ellas, con unos sueldos inferiores en un 22,7%, tendrían que trabajar hasta un total de 87 días más al año para poder igualar la cuantía de los salarios masculinos.

Las diferencias salariales se deben a múltiples factores, tal y como comentaba en este periódico el pasado domingo la catedrática de Derecho del Trabajo de la Universidad de Málaga, Rosa Quesada. Entre otros, que hay categorías laborales con mayor peso femenino donde se cobra menos, menores complementos salariales y de antigüedad o una discriminación en la práctica a la hora de promocionar dentro de las empresas. Pero sin duda, uno de los principales motivos de esta brecha es también el mayor peso de las mujeres en las contrataciones a tiempo parcial, que conllevan un menor salario. Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), hasta un 35% de las mujeres malagueñas trabaja por horas y no a jornada completa (casi seis puntos más que al inicio de la crisis), una tasa que casi triplica a la de los hombres (un 12%). La secretaria de la Mujer de CCOO de Málaga, Mercedes Rosas, recordó ayer que más del 93% de los contratos que firmaron las mujeres el pasado año en la provincia eran temporales, y de ellos, casi la mitad fueron a tiempo parcial.

«No sólo vamos a un empleo cada vez más precario para la mujer sino que, además, es sólo para unas horas. Tradicionalmente se venía achacando este fenómeno a la idea de que la mujer prefería un trabajo de este tipo para conciliar vida laboral y familiar, pero la realidad es otra. Sencillamente, las mujeres no están encontrando empleos a jornada completa», lamentó Rosas, que culpó a la reforma laboral del enconamiento de esta situación. También denunció la tesitura especialmente preocupante de las mujeres en paro. De las casi 100.000 desempleadas que hay ahora mismo en Málaga, la mitad lleva más de dos años buscando empleo sin éxito y, dentro de ese colectivo, cerca de un 30% lleva más de cuatro sin trabajar.

Cuidado del hogar y la familia. Por su parte, la secretaria de Igualdad y Formación de UGT Málaga, Alicia Fernández, quiso incidir en las «acusadas diferencias» del tiempo que hombres y mujeres dedican a las tareas domésticas y al cuidado de la familia, con las consiguientes mayores dificultades de conciliación para las mujeres, «elemento fundamental en la situación de discriminación que sufren en el mundo laboral». Fernández dijo que según los últimos datos de la EPA, el 95,3% de quienes reducen su jornada para cuidar hijos son mujeres, y que en la provincia de Málaga solo el 7% de las personas que solicitaron excedencia para el cuidado de sus hijos fueron hombres. Además, el porcentaje de mujeres que emplea tiempo en el cuidado del hogar y de la familia es del 91,9% con una media de 4 horas y 29 minutos, mientras que entre los hombres se reduce al 74,7% y dedican la mitad del tiempo.

«La desigualdad en la práctica del cuidado de hijos y familiares, junto a las tareas del hogar, es uno de los factores que determinan que la tasa de actividad de las malagueñas, del 53,4%, sea 11 puntos inferior a la de ellos», dijo la responsable de UGT. Este hecho, a su juicio, también incide en que la tasa de paro de las mujeres (28,9%) supere a la de los hombres (25,2%).

«La legislatura del Gobierno del PP ha empeorado las condiciones laborales de todos, pero en mayor medida a las mujeres, que ya se encontraban en una situación de desventaja», dijo. Entre otros elementos, citó los recortes en los servicios públicos, el descenso en la protección de las personas dependientes; la ausencia de escuelas infantiles de 0 a 3 años y el encarecimiento de los servicios de privados de guarderías, centros de día y residencias para mayores, afecta fundamentalmente a las mujeres que son las que se dedican mayoritariamente a estas tareas.

CCOO y UGT recordaron también que la reforma laboral «debilita» la capacidad de negociación sindical, «reduciendo notablemente los avances que introdujo la Ley de Igualdad, que otorgaba a la negociación colectiva la capacidad de establecer medidas de acción positiva».