La calle estalló ayer contra los trabajadores de Limasa, después de que estos decidieran mantener la huelga de limpieza tras rechazar la propuesta de la empresa y el Ayuntamiento. Más de 300 personas se concentraron a las puertas de la Casona del Parque, convocadas por hosteleros y colectivos ciudadanos, para pedir el fin inmediato del paro, aunque en el acto hubo intercambio de insultos e incluso agresiones físicas cuando un pequeño grupo de Stop Represión -en concreto, tres personas- se presentó en el lugar para apoyar a los empleados.

La tensión se elevó por momentos, después de que Stop Represión desplegase una pancarta y sus integrantes gritaran consignas a favor de los empleados de la empresa de limpieza. Hubo gritos, empujones y agresiones físicas que, según el colectivo, provocaron dos heridos. Finalmente, la policía tuvo que hacer acto de presencia para que la sangre no llegara al río. Otras fuentes hablan de sólo tres activistas y apuntan a que la mediación de José Cobos, el dueño de El Pimpi, impidió que la cosa llegara a mayores.

Antes de que se produjeran las escenas más violentas, los 300 concentrados, entre los que había significados empresarios hosteleros, mostraron su apoyo al alcalde, Francisco de la Torre, a quien exigieron que no ceda al «chantaje». El mensaje estrella de la mañana fue el de «alcalde, échalos». Otras consignas coreadas por los concentrados fueron: «Os vais a cargar el pan de muchos malagueños»; «sinvergüenzas», o «dad la cesta de Navidad a los pobres». Incluso, hubo algunos de especial dureza como «mafiosos chulos», «todos a la calle» o «cobráis más que los médicos, que salvan vidas».

El regidor, visiblemente emocionado, se mostró agradecido por los enfervorecidos apoyos y aseguró que «no tiene sentido prolongar la huelga, una huelga injustificada, y cada día que pasa tiene menos sentido», declaró. También aseveró que «no se puede hundir a una ciudad maravillosa».

Cobos se declaró «harto» de la situación y acusó de insolidaridad a los trabajadores. «Nos ha costado muchísimo construir Málaga y no vamos a permitir que la destruyan en dos semanas, no lo vamos a consentir nos cueste lo que nos cueste», precisó. El fundador de El Pimpi habló de que se han puesto en peligro 15.000 empleos de cara a la Semana Santa.

El vicepresidente de la Asociación de Empresarios Hosteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Francisco Moro, admitió que «todo el mundo tiene su derecho a huelga», pero «han que respetar también el derecho al trabajo de los demás». «Si ellos no quieren trabajar, que al menos dejen trabajar al resto», apostilló.

Moro aseguró que la huelga y los incidentes de quema de contenedores (unos sesenta, con más de 3.500 toneladas de basura en la urbe) y detenciones han supuesto una importante merma en la imagen de la ciudad y que ya se habrían producido cancelaciones de reservas hoteleras y, algunas, se han pospuesto. El presidente de la Asociación de Polígonos de Málaga (Apoma), Sergio Cuberos, alertó de que ya están teniendo problemas de insalubridad con la presencia de ratas y que hay mucho riesgo de incendio. Entre los manifestantes, también se encontraban empresarios como Rafael Prados y el exconcejal José Luis Ramos, actualmente uno de los concesionarios de los Baños del Carmen.