­El Ayuntamiento de Málaga se apunta a la teoría de la tenue recuperación económica para este año. Al hilo de los análisis de perspectiva realizados por organismos como el Colegio de Economistas y Analistas Económicos, que prevén un inicio de recuperación de la economía, el comercio o la construcción local, el Ayuntamiento ha trasladado esta inyección de positivismo a sus cuentas municipales para 2016, con una previsión de ingresos en determinados impuestos que no deja lugar a dudas sobre su apuesta y su confianza en esa recuperación de la endeble estructura económica local.

Más ingresos sin presión fiscal. El proyecto de presupuesto para 2016, que pasará su primer corte el próximo viernes en un pleno extraordinario que deberá votar su aprobación inicial, prevé un importante aumento de los ingresos, basado esencialmente en la mayor recaudación de los impuestos directos (IBI, plusvalía, construcción, IAE ) y también en menor medida de los indirectos.

Esta subida de ingresos y, por tanto la mayor capacidad de gasto, se produce, según el análisis de los responsables del área de Economía del Ayuntamiento, en un contexto marcado por «la reactivación de la actividad económica» y por una «menor presión fiscal», fruto de la rebaja o mantenimiento de algunos impuestos y de las importantes bonificaciones y exenciones que disfrutarán muchos de ellos, como el IBI o la plusvalía.

Los datos del presupuesto avalan este análisis, y en algunos casos resultan sorprendentes. Se prevé un crecimiento del 51% en la recaudación del impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (plusvalía). De menor cuantía pero igualmente importante es la previsión de crecimiento de un 12,10% en los ingresos por el Impuesto de Construcción. El Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) también tendrá una ligera subida del 1,8% en el urbano; de un 4,4% en el de características especiales y de un 43,5% en el rústico.

Las cifras. Lo que sin duda mueve a la esperanza es el gigantesco crecimiento de los ingresos por plusvalía y en menor medida del de construcción, que dejan entrever que el sector de la construcción comienza a recuperarse y a ofrecer síntomas de actividad, al menos en lo que se refiere a la compraventa de terrenos.

Analizando las cifras, los ingresos previstos por plusvalía ascienden a 43.427.500 millones, que supone ese 51% sobre la previsión presupuestaria de 2015, que era de 28,7 millones. Esta previsión de crecimiento se hace aún mas notoria si recordamos que se ha previsto la bajada del tipo de gravamen al 29%, y un aumento de los beneficios y exenciones fiscales. En todo caso, la previsión al alza no es un futurible sino que está basada en la evolución que este impuesto ha tenido durante 2015, en que tuvo ya un importante crecimiento de tal manera que de los 28,7 millones presupuestado se alcanzaron unos ingresos reales de 42.708.332.

La previsión es que este año, pese a la baja del tipo y a las exenciones fiscales, siga habiendo un mayor movimiento de compra venta de terrenos que permita a final de año alcanzar los ingresos previstos.

El IBI. Igual ocurre, aunque en menor medida, con el impuesto de Construcción (ICIO), que en estos años atrás ha venido muriendo de inanición. La previsión para 2015 era de unos ingresos de 2.726.140 millones. Durante el año su comportamiento fue creciendo, lo que ha permitido augurar un crecimiento para este año de un 12,1% que traducido resulta 3.055.970, euros. El IBI ordinario también seguirá creciendo, si bien será un aumento vegetativo cifrado en un 1,8%, lo que eleva la recaudación por este concepto a 121.438.200.