­Está siendo un inicio caótico de las vacaciones de Semana Santa en los aeropuertos de Europa. Por segundo día consecutivo, el estado de excepción al que han sometido los controladores franceses el espacio aéreo del viejo continente tensó la capacidad de paciencia de los numerosos viajeros que acudieron al aeropuerto de Málaga para tomar uno de los 245 vuelos que, en teoría, se tenían que haber operado a lo largo de la jornada del Lunes Santo. Finalmente, los daños colaterales del segundo día de huelga convocado por los controladores aéreos en Francia se tradujeron en 25 cancelaciones y en numerosos retrasos que, en algunos casos, estiraron la demora hasta en nueve horas. Entre el pasado domingo -primer día de las movilizaciones- y ayer, el total de pasajeros que se han quedado en tierra, sólo en el aeropuerto de Málaga, ronda la cifra de los 10.000.

La mayoría de viajeros que acudieron ayer al aeropuerto, conscientes de que su vuelo tenía que cruzar territorio galo, lo hicieron con el móvil cargado y con la billetera llena por si había que sufragar algún costoso tentempié de los que se estilan en estos lugares de tránsito. Porque la imagen en las tres terminales del aeropuerto era la misma: pasajeros mirando el móvil y caras de desesperación que iban en aumento conforme avanzaba el rótulo de la cancelación para apoderarse de los paneles de control. En total, el parón en la aviación francesa se cobró entre los dos días 42 cancelaciones.

Una cifra que se eleva hasta aproximarse a las 500 cancelaciones, si se suman todos los aeropuertos del país que se han visto afectados. Entre los destinos cancelados en Málaga, figuraban ayer los vuelos que conectaban con París y otras capitales de Europa como Berlín, Múnich, Londres, Copenhague o Bruselas. Entre los dos días de parón, se han anulado enlaces de Málaga con países como Bélgica, Holanda, Reino Unido, Suiza o Alemania, entre otros. Aunque no precisaban sobrevolar territorio galo, también se cancelaron algunos vuelos interiores, al no aterrizar en Málaga el avión de enlace correspondiente.

Las principales compañías que se vieron obligadas a suspender sus vuelos, al igual que el pasado domingo, fueron de nuevo Ryanair, Norwegian, SAS y Vueling. El retraso más dilatado lo sufrieron los viajeros que iban a embarcar por la mañana en un vuelo de Norwegian con destino a Copenhague, y que despegó nueve horas más tarde que la salida prevista. Otro vuelo Málaga-Londres, también operado por Norwegian, se demoró durante más de siete horas. Según reconoció ayer un portavoz de la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC), «el paro de los controladores estaba causando no pocas dificultades en el sobrevuelo del espacio aéreo francés».

En general, estos dos días de huelga acabaron sumiendo en la inopia a los aeropuertos generales del país, provocando así el malestar de muchos pasajeros, aludiendo todos ellos a la falta de información como principal queja. Así, el aeropuerto con más cancelaciones ha sido El Prat en Barcelona, seguido por el de Madrid y, en tercer lugar, el de Málaga. También se han visto afectadas otras ciudades andaluzas como Sevilla o Jerez.

Reducción del sector. ¿Por qué se están movilizando los controladores aéreos en Francia? Esta huelga, en realidad, está siendo la prolongación de un primer envite que tuvo lugar en el mes de enero, y que ya puso en pie de guerra al gremio para protestar contra la intención del Gobierno francés de reducir el número de controladores. A pesar de la posible amenaza de despidos forzosos, Ryanair, una de las compañías más afectadas, condenó ayer la huelga y clasificó de «egoísta» la actitud de los trabajadores. Sólo en España, la línea de bajo coste tuvo que cancelar unos 80 vuelos.