­El rector de la Universidad de Málaga (UMA), José Ángel Narváez, ve «positivo» el adelanto a julio de los exámenes de septiembre, pero lanzó ayer un mensaje de tranquilidad, precisando que cualquier decisión que se adopte será resultado de «un debate transparente» con decanos, directores, profesores y estudiantes. Narváez dijo que «aunque no es un debate que nosotros hayamos provocado, sí lo tengo en la cabeza», y, por ello, quiere ponerlo ya sobre la mesa para que, en caso de aceptar ese adelanto, se pudiera implementar para el curso académico 2017-2018.

En cualquier caso, incidió en que «no va a ser una decisión sin más, sino que discutiremos sobre ello». «Mi compromiso es debatirlo entre todos porque es una decisión importante, es un cambio de ritmo», afirmó, agregando, de todos modos, que sería un modelo que, en última instancia, debería acordar el Consejo de Gobierno de la UMA.

Narváez, cuyo nombramiento aprobó el pasado diciembre el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, tras su elección por la comunidad universitaria, quiso dejar claro también a los estudiantes que «no van a perder ninguna garantía», ya que «se trata sólo de organizar el calendario de otro modo, pudiendo aprovechar mejor el tiempo».

A su juicio, «los estudiantes tendrían las cosas mucho más fáciles» con ese adelanto a julio de los exámenes y, por tanto, el inicio antes del nuevo curso. Además, añadió que los resultados de las universidades que ya tienen implantado este calendario, que son buena parte de las españolas, en la línea del modelo europeo, «son mucho mejores».

«Con los indicadores que hay, las tasas de rendimiento son mucho mejores», defendió Narváez, reiterando que «no es quitar la convocatoria de septiembre, sino sólo pasarla a julio y organizar el curso académico de una forma diferente», de modo que «si en julio todos los alumnos están matriculados, se podría empezar a principios de septiembre». En suma, el rector opina que el curso «estaría mejor estructurado y los alumnos tendrían mayor tiempo para prepararse y para hacer los exámenes». Asimismo, especificó que, en la convocatoria de septiembre, «en muchas asignaturas no se presenta ni siquiera un alumno y en otras, las tasas de éxito son muy bajas».

En contra del grado de 3 años

Por otra parte, Narváez se mostró «absolutamente a favor» de la moratoria, acordada por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), para retrasar la implantación de los nuevos grados de tres años y mantener las carreras en su duración tradicional -cuatro años de grado más uno de máster-.

El rector de la UMA consideró que el decreto del Gobierno que flexibiliza la duración de las carreras universitarias es sólo «una trampa en términos económicos». «No le importa nada la enseñanza pública, hay una desafección total. Es un dislate», criticó. Narváez se declaró «un enemigo absoluto» del decreto 3+2 porque «nadie piensa las competencias que necesita un joven para tener una profesión determinada». Al respecto, dijo echar en falta un debate serio.

El rector, que incidió en que «es imposible que el economista de cinco años sea igual que el de tres», afirmó que «quizá en ese debate nos podríamos dar cuenta de que en unas titulaciones hay un valor y en otras titulaciones, otro, y eso se traduce en una duración de tiempo». «Nadie piensa qué tipo de estudiantes estamos creando», lamentó el responsable de la UMA, quien pidió que primero se evalúe el Plan Bolonia, del que «ahora estamos sacando la tercera promoción».

«Si una vez analizado, vemos que nos hemos equivocado, pues arreglemos lo que sea erróneo, pero no quitemos todo el sistema», sostuvo.