­Uno de los diez tramos de carretera de España más peligrosos para los motoristas se encuentra en la provincia de Málaga. Concretamente, el último estudio de evaluación de carreteras Eurorap que anualmente publica el RACC sitúa a la MA-20 (Ronda Oeste) como el sexto de todo el país con un mayor porcentaje de motoristas accidentados con un 45% de los siniestros registrados. El informe, cimentado con los datos de siniestralidad de 2012, 2013 y 2014, afina más y señala el punto negro entre los casi 7 kilómetros que hay entre el enlace con la A-357 (Málaga-Campillos) y la A-7.

Con las estadísticas en la mano, el estudio calcula que en ese tramo se producen 0,25 accidentes por kilómetro, cifras que sólo superan los tramos de la A-2 y la B-20 de Barcelona (0,51 y 0,32, respectivamente), la SE-30 de Sevilla (0,48) y de la A-3 de Madrid y A-44 de Granada, ambas con 0,29). A nivel provincial, el tramo de la MA-20 toma el relevo de los 12 kilómetros de la A-7 entre el enlace con la AP-7 (Torremolinos) y el acceso a la AP-7 a la altura de la A-45, donde el anterior estudio Eurorap otorgaba a los motoristas el 38% los siniestros que se producían en ese punto a razón de 0,17 accidentes de este tipo de vehículos por kilómetro.

Los conductores más vulnerables

Este punto, sin embargo, no es la única advertencia para los usuarios de motocicletas que circulan por la provincia, ya que la mortalidad de este tipo de conductores se ha convertido en un auténtico desafío para los responsables de la Jefatura Provincial de Tráfico. No obstante, el año pasado murieron al menos 10 a lo largo y ancho de nuestras carreteras interurbanas, sobre todo en las secundarias, cifra que supone más del 38% del total de fallecidos (26) durante todo el 2015. El porcentaje se eleva al 62% si hablamos exclusivamente de conductores muertos, ya que diez de los fallecidos el pasado ejercicio eran ocupantes de vehículos y peatones a partes iguales.

Por otro lado, el informe de evaluación de carreteras Eurorap que el RACC realiza con la colaboración de otros clubes automovilísticos europeos enumera hasta 18 puntos negros en la provincia de Málaga, aunque sólo uno de ellos lo cataloga de «riesgo elevado», el segundo nivel de peligrosidad. Se trata del tramo de 16,5 kilómetros que comienza en la N-340 a la altura del enlace de la A-7 y finaliza ya en Almuñecar (Granada) y donde se ha calculado una media de un accidente al año.

Por encima de esa media pero catalogados como de riesgo moderado, sin embargo, se encuentran dos tramos cuyos siniestros tuvieron consecuencias menos graves. Uno de ellos, curiosamente, es el de la Ronda Oeste que abre este artículo y que arroja una media de cuatro siniestros anuales, los mismos que generan los 15 kilómetros de la AP-7 desde el enlace de la A-7 a la altura de Fuengirola hasta Torremolinos.

Por debajo, con una media de dos accidentes anuales, destacan los 22 kilómetros que hay entre el final de la variante de la AP-7 de Estepona hasta el inicio de la misma en Marbella, o los 31,6 entre las variantes de este último municipio y la de Fuengirola.