­Ya no es sólo cuestión de amables corazonadas. Ni siquiera de la estadística. La Costa del Sol tiene razones de peso para ser optimista con la temporada de verano. Y las previsiones, aunque todavía muy remotas, se ven corroboradas con nuevos argumentos en las oficinas de los mediadores y de los propios establecimientos turísticos. Si hace apenas un mes, y como se hizo eco este periódico, era el Daily Mail el que recomendaba a los británicos empezar a buscar sitio, ahora es el portal de reservas Quehoteles.com el que se suma al consejo. Y extendiendo la advertencia, además, a toda clase de viajeros. Incluidos los españoles, que suelen ser de los más rezagados a la hora de planificar sus visitas.

La empresa, que trabaja a diario con hoteles de Málaga, no habla de oídas. Y relaciona la más que presumible subida de la demanda a la inestabilidad que padecen algunos de los competidores tradicionales de la provincia. Con Túnez, Turquía y Egipto con problemas, el litoral andaluz vuelve a ser una poderosa alternativa. Tanto como para justificar la diligencia en la contratación, que puede variar mucho si no se efectúa con la suficiente premura. «La anticipación será clave a la hora de reservar hoteles a buen precio el próximo verano», señala la firma. El portal está convencido de que en la próxima temporada alta se batirán todos los récords de ocupación en la costa.

Ante esta perspectiva, Quehoteles.com ha lanzado una campaña de venta anticipada con descuentos de hasta el 60 por ciento en hoteles de costa acumulables con otras ofertas para incentivar su principal mercado, que es el nacional.

La firma recuerda que cinco millones de turistas rusos se han visto privados de sus destinos favoritos para viajar debido a los problemas de Turquía y Egipto, y se prevé que veranearán este año principalmente en Grecia, Bulgaria, Montenegro, Chipre y España.

Por otro lado, también se espera un desvío hacia hoteles del litoral español de británicos, franceses y alemanes que solían viajar a Túnez, Turquía y Egipto.

A ello se une el bajo coste del carburante, que previsiblemente motivará un descenso del coste de los vuelos y la posibilidad de que suban los tipos de interés en Estados Unidos, lo que fortalecerá el dólar frente al euro. Todas estas circunstancias tienen como consecuencia una subida de precios, ya que operadores turísticos extranjeros «están pagando entre un 5 y 10 por ciento más para asegurarse las habitaciones en temporada alta». «Los turistas españoles podrán encontrarse este verano con la sorpresa de no encontrar camas», precisa.