­El fiscal que se encargó del caso Malaya, contra la corrupción en Marbella, y actual fiscal jefe de Málaga, Juan Carlos López Caballero, aseguró ayer, que vista con perspectiva, dicha operación «representó el nuevo enfoque desde el punto de vista de la investigación, con una confluencia de esfuerzos» entre las unidades especializadas de la Policía Nacional y la Agencia Tributaria.

Cuando se cumplen diez años desde que el 29 de marzo de 2006 se llevaron a cabo las primeras detenciones por este caso de corrupción, entre ellas la del cerebro de la trama, Juan Antonio Roca, el fiscal asegura que «esa confluencia de esfuerzos fue lo suficientemente indicativa de por donde deben ir las investigaciones en este tipo de delitos». «Me parece que es un caso de delincuencia económica y como tal debe ser tratada la corrupción, porque lo que explica este tipo de actuaciones no deja de ser la obtención de un lucro y esta perspectiva fue muy importante», apuntó, en declaraciones a Europa Press, el entonces único responsable de la Fiscalía Anticorrupción en Málaga.

Dice que sí es verdad que del esfuerzo realizado en el caso Malaya se obtuvieron resultados y «tuvo trascendencia», sobre todo en la recuperación de bienes; pero aboga por ver también el punto autocrítico, algo que puede ayudar a «conseguir mayor eficacia» y puede «dar lugar a que en nuevas investigaciones se canalice mejor la respuesta judicial».

En este sentido, López Caballero incide en que ahora si hubiera una operación similar «tendríamos que ser realistas y contemplar que el esfuerzo que requiere la investigación de una trama de estas características hay que afrontarlo como un trabajo en equipo, porque no puede ser concentrar todo en un sólo juez de instrucción o en un único fiscal».

En esta mentalidad de trabajo, lamenta, «se ha avanzado muy poco». Así, apuesta, como ya ha hecho en otras ocasiones, «por constituir equipos» para llevar estos asuntos, «por dotar a los organismos a los que les corresponde la investigación de una estructura estable, porque esa estabilidad en el equipo de investigación da resultados tarde o temprano». Pero, «en la actualidad no se ha desarrollado un modelo de investigación así». «Me gustaría ver establecido a nivel normativo que cuando se detecten focos de corrupción hay una unidad de investigación con un juez a la cabeza o un fiscal que va a llevarla a cabo», añade.