Una testigo de los abusos a una menor de trece años en una secta de la capital entre 2003 y 2005 ha explicado esta mañana en el juicio que el líder del grupo creía que era "un ser iluminado y puede hacer lo que quiera porque es para el bien de los demás". Esta mujer ha explicado que vio en una ocasión a este hombre teniendo relaciones con la menor de 13 años y, acto seguido, él salió de la habitación pidiendo explicaciones a otras mujeres, tres de ellas también acusadas, sobre por qué la habían dejado entrar.

Esta testigo ha indicado que el líder de la secta, que tenía varios pisos en la capital, abusó de la mejor porque, según él, la niña "tenía mucha lujuria y ese era un método para sacársela".

Ha asegurado que al principio ella acudía a la secta a una charlas los viernes durante dos horas y se trataban temas de filosofía budista pero a raíz de que el lama que dirigía la academia lo dejó y cambió a otra dirección todo cambió. A partir de ese instante, ella empezó a ir más a uno de los pisos del líder de la secta, y de repente, una vez que comenzaron a introducirse en las charlas elementos sufíes y cristianos, comprobó que las mujeres en ese domicilio, que siempre iban vestidas con pantalones y camisas largas, llevaban faldas muy cortas y vestidos de tirantes.

Según ha aclarado, sabía que el líder de la secta tenía relación con las adultas pero nunca imaginó, hasta que lo vio con sus propios ojos, que también se dieran lo abusos con una menor. No denunció nunca porque tenía miedo "a la muerte súbita" y tenía mucha presión psicológica. También ha explicado que el líder de la secta catalogaba a las mujeres como prostitutas y las hacía vestirse así. "Él me dijo que era un ser muy puro y no se sentía atraído por ellas", ha afirmado.

Asimismo, esta mujer, que dejó la secta en 2005, ha asegurado que no sólo se abusaba de las mujeres, sino "también económicamente", porque algunos de los miembros vendieron propiedades para la secta. Esta mujer no denunció antes porque tenía mucho miedo.

Una de las jóvenes que también denunció abusos pero cuyas acusaciones de archivaron ha corroborado que el líder de la secta besaba y tocaba a la menor. "No dormía, no comía de noche, me llegó a pegar", ha precisado, perdió muchísimos kilos. "Me dejó irme después con mi madre", ha señalado.

Esta mujer ha explicado que vivió cinco años en un piso de la secta y que entró allí siendo una menor y que él le indicó que ella estaba enamorada de él. "Yo tenía devoción por él y pensé que estaba enamorada", ha indicado. Luego, ha dicho que ya hubo relaciones entre ambos o con dos o tres mujeres más, porque él le dijo que era su pareja. "Fueron cinco años de machaque psicológico", ha indicado.

"Él decía que teníamos que ir tapadas por la calle para no provocar a los hombres", ha precisado, pero en ese piso sí tenían que ir vestidas con menos ropa, porque él era su pareja.

En total, son cuatro los acusados, el hombre y tres de las mujeres. A él se le piden nueve años de prisión por abusos sexuales y cuatro a cada una de las mujeres. El juicio se ha celebrado esta mañana en la Audiencia Provincial de Málaga.