La portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Málaga, María Gámez, exigió ayer al equipo de gobierno del PP, liderado por Francisco de la Torre, que atienda los problemas de seguridad de los aparcamientos, así como que mejore sus condiciones de confort. El PSOE llevará una moción en este sentido a la próxima comisión de pleno de Movilidad. En concreto, la edil socialista se refirió así a «las deficiencias relativas a seguridad y salud y salubridad de trabajadores y usuarios» que afectan a los 12 aparcamientos de Málaga gestionados por Smassa.

Algunas de estas deficiencias, según Gámez, son los problemas en los sistemas de megafonía para alertar de un desalojo, que «no funcionan o no existen»; la inexistencia o inaccesibilidad a los extintores, «por guardarse en habitaciones que están cerradas con llave»; la ausencia de iluminación en determinadas zonas, o los fallos en los detectores de dióxido de carbono, así como la ausencia de cuartos de baño. Más de un centenar de estas deficiencias han sido recogidas por los delegados de prevención del comité de empresa de Smassa, tal y como subrayó a los periodistas la portavoz del PSOE.

Con respecto al aparcamiento de la plaza de la Marina, Gámez pidió su repintado de manera que, aunque se pierdan algunas plazas, todos los usuarios puedan acceder a sus vehículos con comodidad. «Es un aparcamiento con 440 plazas que están hechas a cajón», advirtió. «Muchas personas han tenido que entrar por el maletero o llamar a una grúa para poder acceder a sus coches, ya que cuando lo han puesto y se ha llenado el aparcamiento, era imposible abrir las puertas», aseguró.

Por ello, el PSOE exige una redistribución de las plazas de manera que «nadie tenga que entrar en su coche haciendo acrobacias», teniendo, además, en cuenta que «Smassa ha declarado tener más de 1,5 millones de euros de beneficios en el último año», lo que significa que «a esta sociedad no le compromete un repintado en el que se pierdan algunas plazas».

Gámez insistió en lo difícil que puede ser esta falta de espacio para embarazadas o personas obesas, por lo que habló, incluso, de un problema de «discriminación».