La patada en la puerta o la manipulación de la cerradura no suelen ser aleatorias. Previamente hay una labor de búsqueda, selección y vigilancia. El objetivo es encontrar una vivienda con poca o ninguna actividad y dar el zarpazo lo antes posible. Una vez dentro, la organización cambia la cerradura y alquila el piso de forma ilegal a una familia.

La mafia revienta pisos también ha llegado a la capital. Esta actividad, que supone un presunto delito de usurpación de inmueble con la ocupación y otro de estafa al alquilarlo de forma irregular, ha aumentado su presencia en los últimos años en España y ya está siendo investigada por la Policía Nacional de Málaga. Aunque desde la Comisaría Provincial aseguran que por el momento únicamente pueden confirmar las indagaciones, ya son varias las denuncias que otros tantos propietarios han formulado en diferentes comisarías de distrito de la ciudad. Según ha podido saber La Opinión de Málaga, una de ellas se produjo hace algo más de dos semanas por parte de los dueños de un piso localizado en el entorno del Centro de Málaga.

Después de un tiempo sin hacer uso del inmueble, los propietarios acudieron al mismo para realizar tareas de mantenimiento y se llevaron la sorpresa de que no podían acceder a su propia casa. Alguien había cambiado la cerradura, aunque parecía que no había nadie en el interior. Tras llamar a la policía y a un cerrajero, los investigadores no sólo no se sorprendieron por lo ocurrido y atribuyeron los hechos a una mafia que actúa de la misma forma en diferentes puntos de la capital, sino que les dijeron que habían tenido suerte de que la casa no estuviera ocupada. Según fuentes cercanas al caso, es precisamente lo que le ocurrió a otro propietario que acudió a una de sus viviendas en la capital y vio cómo le abría la puerta un desconocido que se identificó como el inquilino de la misma. Éste explicó que se la había alquilado a una persona que le había dado la llave a cambio de 600 euros al mes. En este caso, al estar la vivienda ocupada, los agentes no pudieron hacer nada más que dar parte al juzgado, ya que no tienen autoridad para desalojar un inmueble.

De viviendas ocupadas tras forzar las cerraduras sabe bastante el cerrajero Narciso Valle, miembro de la Unión de Cerrajeros de Seguridad (UCES), con más de 20 años de experiencia en el sector de Málaga y provincia. Aunque Valle ha presenciado ocupaciones de todo tipo, reconoce que las más comunes son las que sufren las viviendas embargadas de los bancos, un auténtico filón para este tipo de organizaciones: «A mí me ha llegado a llamar una chica diciéndome que se dedicaba a ocupar viviendas de bancos y que necesitaba urgentemente un cerrajero para cambiar una cerradura. En cuanto le dije que eso era ilegal, me colgó». En todo caso, Valle indica que estas organizaciones cuentan con personas que se encargan de hacer este trabajo y advierte de que ningún inmueble está a salvo de esta actividad, sobre todo teniendo en cuenta la baja calidad y antigüedad que presentan la mayoría de las cerraduras, e insiste en la importancia de cerrar siempre con llave. «No hacerlo es ponérselo demasiado fácil a estas organizaciones porque pueden abrir la puerta como yo, en tres o cuatro segundos», explica el experto. En cambio, cerrarla les supondrá un esfuerzo a través del bumping (llave maestra) o de taladros. Valle, como la Unión de Cerrajeros de Seguridad, asegura que no merece la pena jugársela y que por entre 150 y 180 euros se puede acceder a cerraduras con el bombillo irrompible y con protector.

Más del 80% de las cerraduras están obsoletas, según la UCES. Más del 80% de las cerraduras instaladas en los hogares españoles han quedado obsoletas y no ofrecen la seguridad para la que fueron creadas. El dato, demoledor, es de la Unión Cerrajeros de Seguridad (UCES), organización que aglutina al 90% de los cerrajeros asociados en España y que ha propuesto al Gobierno un plan integral para la renovación y actualización de cerraduras de seguridad en viviendas, edificios o conjuntos residenciales cuya fecha de construcción sea anterior a 1990. Para la UCES, esta es una de las causas de que en España se cometen cada año una media de 120.000 robos con fuerza en viviendas al año.