Si le gustan los perros seguramente habrá visto Siempre a tu lado. Es probable, incluso, que haya soltado alguna lagrimita. Hachiko, el perro que es leal y espera todos los días a su dueño incluso después de su muerte, es un Akita Inu, un perro que en España está catalogado como potencialmente peligroso. La sociedad se ha esforzado en verles como la representación de la agresividad animal, pero lo único que reflejan es la educación que le transmite su propio dueño.

Tango, Simba, Zuri y Redy pasean juntos. Llegan al Parque Canino San Miguel, donde se encuentran, y sigue reinando la máxima calma. No se escuha nada, ni siquiera un ladrido. Dos responden a la clasificación de perros potencialmente peligrosos, pero no se ve en ellos ningún amago de peligrosidad, dicen sus dueños. «Potencialmente peligroso puede ser cualquier perro independientemente de la raza», responde Cristina Vasilieva, una de las organizadoras de la Caminata a favor de las razas potencialmente peligrosas que se ha celebrado este domingo desde las 17 horas y que defiende una mayor libertad para los perros de este tipo.

Tanto Cristina como Mario Luque Chicón, encargado de la asociación «Amar PPP», coinciden en el aislamiento y discriminación que sufren estos canes por la legislación de perros potencialmente peligrosos que lleva vigente en el país desde 2008. No han sido capaces de encontrar en Málaga ningún parque canino ni ninguna playa en la que puedan soltar libremente a sus perros sin riesgo de multa. Además la presión social se les echa encima: «A veces nos sentimos como delincuentes, perseguidos, como si lleváramos un arma. Hay gente con la que nos hemos cruzado que incluso nos ha dicho que no somos gente normal, que esos perros no deberían de existir», cuenta Mario.

Son algunas de las restricciones que sufren estas razas, aunque su posesión conlleva otra serie de dificultades. Cada vez que quieran salir a la calle deben portar siempre encima la licencia administrativa, necesaria sólo para los potencialmente peligrosos, siendo su multa de no ser así de 2.500 euros. En caso de multa el perro es requisado y si la cantiad no es abonada en un plazo de 15 días el perro será posteriormente sacrificado. No todo acaba ahí, pues también es necesario la adquisición de un seguro de responsabilidad civil por la posibilidad de que puedan atacar a otro ser vivo: «Todos los perros tienen boca, todos te pueden morder», defiende Cristina.

Por el contrario manifiestan que el examen psicológico previo que debe pasar cualquier propietario roza el ridículo, tratándose de preguntas que no reflejan su validez, aunque ese aspecto declaran que no interesa: «Sólo los ven como una fuente de ingresos».

Las dificultades que supone la posesión de un perro de esta catalogación hace de su abandono una constante, siendo las razas que más lo sufren. «Las personas somos las potencialmente peligrosas», es la súplica que ambos esperan que sea escuchada.

La Junta de Andalucía instruyó en Málaga en 2015 unos 300 expedientes sancionadores que tienen que ver con denuncias a propietarios de animales, mayoritariamente relacionados con la falta de licencia para la tenencia de animales potencialmente peligrosos o por llevarlos sueltos o sin bozal.