En el siglo XIX, la hora civil estaba marcada en España por el meridiano de Madrid, que está situado 3 grados 41 minutos al oeste, y cada provincia tenía una hora dependiendo de su situación geográfica, es decir, que dependía del meridiano local. Si se realiza una comparación entre un balear y un gallego en esta época, se llegaría a la conclusión de que un gallego veía salir el sol cincuenta minutos después que un balear por los trece grados de longitud de diferencia entre ambas regiones. Estas diferencias horarias se intentaron regular en la conferencia del meridiano de 1884, pero no hubo ningún acuerdo sobre los husos horarios. Sin embargo, se tomó una importante medida al establecer el meridiano de Greenwich como el que marcaría el punto 0. La regulación internacional de los husos horarios se realizó finalmente en la conferencia de Paris de 1912, donde se aprobó un huso horario cada 15 grados de longitud como ya habían regulado los científicos años antes. La disparidad de horarios en España se unificó el día que comenzó el siglo XX, el 1 de enero de 1901, cuando el gobienro decretó que la hora oficial sería la del meridiano de Greenwich, la conocida como GMT (Greenwich Meridian Time). Esta hora se aplicó en todo el territorio español incluidas las islas Canarias, territorio que no retrasó su hora respecto a la Península y Baleares hasta el 11 de febrero de 1922. La idea de cambiar la hora dos veces al año para aprovechar mejor las horas de luz surgió en el año 1905, cuando el constructor inglés William Willett se dio cuenta de que la mayoría de los británicos no disfrutaban de la mañana porque estaban durmiendo. Además a Willett, muy aficionado al golf, le fastidiaba acortar su recorrido cuando el crepúsculo se le echaba encima. Por ello, en 1907, William Willett presentó un informe con su idea de adelantar y atrasar la hora en primavera y en otoño respectivamente. Una solución que no se aplicó hasta 1916 en Alemania y los territorios que ocupaba. Rusia lo empezó a aplicar en 1917 y Estados Unidos en 1918. No obstante, no fue hasta el 15 de abril de 1918, cuando se reguló este cambio internacionalmente y se aprobó la aplicación del 'horario de verano' o Daylight Saving Time (DST) en todo el mundo.

España ha sido siempre un país peculiar con respecto al cambio horario y, a pesar de la convención internacional del DST, la hora no se cambió los años comprendidos entre 1920 y 1923, en 1925 y entre 1930 y 1936. Al iniciarse la Guerra Civil, el caos se apoderó incluso de los relojes, ya que la zona republicana y la zona nacional tenían horarios diferentes. Esta diferencia horaria hizo que el año 1939 empezara una hora antes en la zona republicana que en la zona nacional, horario que se unificó al finalizar la guerra el primero de abril de ese mismo año. Esta hora era la correspondiente al meridiano de Greenwich, pero el 15 de marzo de 1940 se produjo un gran cambio. El territorio español peninsular y Baleares adoptaron el horario GMT +1, con lo que estos territorios pasaron a tener la misma hora que el meridiano de Berlín. Algo que no ha cambiado hasta ahora, y que es la causa del déficit histórico de hora.