­El rector de la Universidad de Málaga (UMA), José Ángel Narváez, consciente de los problemas de financiación a los que tiene que hacer frente la entidad que preside, ha ideado un plan de mecenazgo, que espera poner en marcha al final de este mismo año.

«Es un plan de mecenazgo copiando a las universidades anglosajonas, en las que antiguos alumnos y empresas participan de forma activa en la vida universitaria y dan dinero para becas o para la construcción de edificios», explicó el rector echando de menos, precisamente, esa cultura en España. Tal y como informó Narváez «se trata de facilitar un entorno en el que todos los que quieran colaborar con la Universidad puedan hacerlo y, además, con la posibilidad de beneficiarse de desgravaciones de cara a Hacienda».

El rector dejó claro, de todos modos, que serían cantidades para cuestiones específicas, tales como «becas, investigación, transferencia, emprendimiento, internacionalización, etcétera», ya que la idea no pasa nunca por que esas aportaciones formen parte de la estructura de la UMA. «La financiación de la universidad pública debe ser fundamentalmente pública», subrayó.

Ya existen, no obstante, colaboraciones con empresas y entidades, como es el caso de la Fundación Lágrimas y Favores, que preside el actor malagueño Antonio Banderas y que entrega becas a estudiantes de la UMA.

«La UMA tiene muchas relaciones con entidades para que los estudiantes realicen prácticas», especificó Narváez, poniendo como ejemplos multinacionales como Google o Telefónica. Y es que, según declaró, «lo que la Universidad necesita es que haya empresas, instituciones y personas que apoyen sus acciones».

Por otra parte, en su defensa de que ningún alumno tenga que abandonar los estudios por motivos económicos, se va a poner en marcha, tal y como se recogía en su programa, el denominado bono social, no sólo para atender el pago de una matrícula, sino otras cuestiones también necesarias como comedor, transporte, residencia o material.

Actualmente, hay en la UMA en torno a un millar de alumnos con algún problema económico y el objetivo de Narváez es, a través de la Oficina de Atención al Estudiante, analizar cada caso concreto porque «somos una universidad pública y no podemos permitir que una persona tenga que abandonar los estudios por falta de dinero».