El proceso de concentración impulsado por el sector bancario en los últimos años y la reducción general de las redes de oficinas han reforzado todavía más el protagonismo de las principales entidades financieras que operan en Málaga. Así, las cinco entidades con mayor número de sucursales (Unicaja, Cajamar, CaixaBank, Santander y BBVA, en este orden) han pasado de tener en 2008 el 50% del parque total de oficinas a ostentar en septiembre de 2015 una cuota del 68%, es decir, 18 puntos más que a inicios de la crisis. En este tiempo, el número de actores que opera con sucursales en el mercado de la provincia ha bajado (si en 2007 había algo más de 40 entidades financieras con oficinas en Málaga ahora, tras las diferentes fusiones y la evolución que ha habido en el sector, hay unas 30) y, aunque todos los bancos sin excepción han reestructurado su red y suprimido oficinas en mayor o menor medida desde 2008, el nueva mapa bancario revela que el grupo de quienes cuentan con más sucursales acapara ahora más peso que antes.

Los datos están contenidos en el informe La concentración regional del mercado bancario español publicado por la Fundación de la Cajas de Ahorros (Funcas) y elaborado por el catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, Joaquín Maudos, que constata la severa reducción del número de oficinas por la reestructuración del sector. Los máximos en Málaga se alcanzaron en el año 2008, cuando llegó a haber más de 1.400 sucursales en la provincia. A tal cifra se llegó porque desde el año 2000, y coincidiendo con la fase más expansiva de la economía, los bancos y las antiguas cajas de ahorro incrementaron en ese periodo un 53% su parque.

Sin embargo, desde esa fecha la dinámica ha sido justo la contraria y se han cerrado casi 500, o sea, alrededor del 35% del total que llegó a haber abierto en la cúspide del boom económico y de la burbuja inmobiliaria. Ahora mismo quedan en Málaga poco más de 900, con lo que se ha vuelto a los niveles del pasado siglo. El ranking actual de oficinas por entidades en Málaga está liderado por Unicaja (218) seguida de Cajamar (120), CaixaBank (94), Santander (89) y BBVA (75), según los últimos datos del sector recabados por este periódico.

En el caso de España, el número de oficinas aumentó en España en el período 2000-2008 en un 17% (6.776), mientras que desde este último ejercicio a septiembre de 2015 la red se redujo en un 32% (14.738) y se sitúa en torno a las 31.400, con lo que regresa a los niveles existentes 31 años antes.

Según explica el autor del estudio a este periódico, el proceso de reducción de oficinas continuará «sin lugar a dudas» debido a la necesidad de la banca de recortar costes para mantener la rentabilidad en una coyuntura marcada por los bajos tipos de interés y los bajos márgenes bancarios.

«El coste número uno para los bancos es de las oficinas, que tienen una media de seis trabajadores por sucursal. Habrá más cierres de oficinas pero será un proceso dilatado en el tiempo porque afecta al empleo y todo eso hay que negociarlo con los sindicatos», apunta. A su juicio, el sector podría clausurar en los próximos años en España otras 3.000 sucursales, aunque la cifra puede incluso aumentar debido al imparable avance de la banca digital.

«Cada vez son más las personas que realizan sus gestiones por internet, también entre la franja de edad de las personas de entre 55 y 64 años. Eso facilita a las entidades financieras esa apuesta y propiciará que se cierren más oficinas», sostiene.

Maudos recoge en su informe que desde 2008 a 2014 el número de entidades de crédito en España se ha reducido en un 40%, lo que ha convertido al país en el segundo de la Eurozona, tras Chipre, donde más ha caído esa cifra. Italia, inmersa ahora en el proceso de reestructuración que España ha llevado a cabo en estos años, se queda en el 20%. Asimismo, la ratio de población por oficina ha aumentado en un 47% desde, pasando de 991 a 1.481 personas. Aún así, España sigue siendo el segundo país de la UE con más densidad de red. En Málaga esa ratio se sitúa por encima de la media, con una oficina para cada 1.787 habitantes.

El catedrático asegura que «el aumento de la concentración no implica necesariamente una reducción de la competencia», pero avisa de que en algunas provincias españolas ese incremento «sobrepasa umbrales que en otros países se consideran preocupantes», motivo por el cual concluye que es necesario «estar vigilantes» ante la evolución del mercado. No es el caso de Málaga, donde el índice que se utiliza para medir este riesgo, el HHI, está por debajo del umbral de 1.800 puntos a partir del cual se considera que la concentración es elevada (en concreto, presenta 1.277). En España, el HHI oscila de un mínimo de 1.122 puntos en Badajoz) a un máximo de 3.421 en Teruel. En este sentido, el estudio pone de manifiesto que, a pesar de la concentración, Valencia, junto a Barcelona y Madrid, sigue disfrutando de una elevada diversidad financiera, en el sentido de que en estas provincias el número de competidores supera los 40, mientras que en Segovia o Teruel se quedan por debajo de diez. En Málaga, la cifra es de alrededor de 30, que también se considera alta.