La iglesia de Santiago está abierta en canal. El suelo de mármol del templo ha sido eliminado para aplicarle un tratamiento que permita corregir las humedades que afectan al templo. Los trabajos, que comenzaron el pasado 11 de enero, han permitido retirar todos los elementos que se le han añadido en las distintas reformas sufridas a lo largo de sus más de cinco siglos de historia, sacando a la luz una parte importante de la historia del primer templo construido por los Reyes Católicos en Málaga tras la conquista de la ciudad en 1489.

No obstante, el objetivo principal de estos trabajos, con un presupuesto de 730.000 euros e impulsados por el Obispado de Málaga y el Ayuntamiento, es reparar la iglesia para eliminar el problema de las humedades.

El arquitecto técnico del Obispado y responsable del proyecto, Pablo Pastor, explicó que las humedades estaban afectando a muchas partes del templo por actuaciones inadecuadas en los años anteriores, que habían eliminado el suelo de barro y cegado las criptas, bloqueando la circulación del aire y conteniendo la humedad bajo un suelo y zócalo de mármol.

La intervención propuesta por el Obispado, y aprobada por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, establece eliminar el mortero de cemento que se aplicó en las paredes en la reforma de 1944 y que no permite respirar a la piedra. Además, se han eliminado todo el zócalo y la solería de mármol, que es una innovación de mediados del siglo XIX cuando se prohibieron los enterramientos en la iglesia. Los trabajos previos iniciados en enero también han levantado la base de cemento que se aplicó bajo la solería en 1944 y que buscaba aislar el templo de la humedad, aunque al final haya provocado que ésta subiese por las paredes.

Recuperar las criptas. Pastor puso especial énfasis en el trabajo realizado en la decena de criptas localizadas bajo el suelo de la iglesia de Santiago y que habían sido cegadas con escombros, impidiendo la ventilación del templo.

La actuación previa ha servido para vaciar y limpiar las criptas, eliminando los escombros con las que se llenaron en la reforma de mediados del siglo XIX. Esto ha permitido recuperar seis grandes criptas bajo las capillas que pertenecían a antiguas hermandades, así como otras cuatro catacumbas familiares, más pequeñas.

La arqueóloga Ana Arancibia explicó que estas criptas están muy dañadas no sólo por la humedad del río subterráneo que pasa bajo la calle Granada. Al parecer varias inundaciones sufridas en la iglesia, en especial la de 1911, provocaron la acumulación de agua y la aparición de un hongo que ha ennegrecido las paredes.

No obstante, algo se ha podido recuperar, como restos de pintura decorativa en la cripta de la antigua Hermandad de las Ánimas, una de las más importantes en su época y que había decorado las paredes de su enterramientos con elementos típicos del siglo XVIII, como calaveras o una representación de la muerte bailando junto a una mitra y una corona, con el mensaje barroco de que la vanidad humana no importa ante la muerte, que siempre llega.

Los nichos, todavía con restos humanos de los últimos enterramientos, que se produjeron en 1860, están numerados. Esto muestra el sistema utilizado, en el que se apuntaba en el Obispado el nicho que ocupaba cada persona, siendo luego exhumado a los diez años para recibir otro cuerpo y enviarse los restos a un osario común.

Arancibia explicó que estas criptas quedarán limpias y ventiladas, para que la humedad se vaya retirando poco a poco y no se produzcan más daños por un cambio brusco en las condiciones ambientales. Sin embargo, apuntó que en el futuro serán sólo visitables para especialistas y estudiosos, siempre bajo autorización previa del Obispado y con el objetivo de preservar lo más posible su integridad.

Plazos. Los trabajos están siendo realizados por la empresa ORP, que hasta ahora se ha centrado en eliminar las elementos incorporados en la remodelación de los años 40 y quitar los elementos de mármol. Además se han datado todos las piezas de valor que se han encontrado, como restos cerámicos y de enterramientos. Los trabajos para crear el nuevo suelo y zócalo, con una cámara de aire para facilitar la ventilación, tendrán una duración de doce meses a partir de ahora. Para ello se colocarán unas piezas de plástico en el suelo sobre el que se aplicará la solería, dejando hueco entre éste y el suelo original para que circule el aire, como un panal.

El objetivo es reabrir la iglesia de Santiago a mediados de 2017 si no hay problemas. También se está estudiando cambiar la decoración interior y volver al original, con pintura de tonos blancos y dorados, eliminando el gris de los años 40.

El presupuesto de 730.000 euros está financiado con 451.000 aportados por el Obispado y 279.000 euros de subvención municipal del Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) a través de las líneas de ayudas a la rehabilitación.