La casa de paredes blancas es un soplo de arquitectura moderna en mitad de la avenida Pintor Sorolla, en concreto en el número 91. Pero el minimalismo de sus líneas, el respeto con el que el arquitecto, Alfonso Perales, la ha integrado en el entorno, queda eclipsado por unos burdos cables con aspecto de gruesa liana de la selva que atraviesan toda la fachada. Y es más, cuando el cable no estaba atirantado por unas cuerdas pasaba por mitad de la puerta de entrada y del garaje.

Esta broma estética pero también administrativa la lleva padeciendo Juan Carlos de Castro, el propietario de la casa, desde que se fue a vivir a ella en febrero de 2014.

«El arquitecto, amigo mío, hizo un diseño muy bonito, simple y funcional. Cuando se terminó la casa le pedí a Endesa y Telefónica, que tenían cables por la fachada de la casa antigua, que los retiraran», explica.

Además, el Ayuntamiento obligó al propietario a hacer unas conducciones subterráneas para que estas compañías pudieran meter los cables «y tuve que ceder 30 metros cuadrados de acera al Ayuntamiento, pagué la cesión y tuve que urbanizar esa acera». Es decir, que Juan Carlos de Castro recalca que cumplió con su obligación y pagó de su bolsillo lo que el Consistorio ordenaba, para que las dos compañías sólo tuvieron que meter los cables por la conducción subterránea.

De hecho, así hizo Endesa: «Fue una cosa razonable, vinieron a los dos o tres meses y me quitaron los cables», recalca. Pero quienes no aparecieron fueron los trabajadores de Telefónica. Finalmente, la compañía contactó con el propietario: «Me respondieron mandándome un impreso, me decían que tenía que rellenarlo con las obras que quería y que pagara 200 euros para que ellos me hicieran el presupuesto, lo que me iba a costar que me quitaran los cables», cuenta.

Juan Carlos de Castro destaca que se informó a través de un conocido y supo que la retirada de los cables «me podía salir por alrededor de 6.000 euros». Y no es sólo que considere inaceptable esta cantidad sino que cree que no debe pagar cantidad alguna: «Ellos me dicen que debo pagar y yo les digo que el cable es de ellos y que no estoy dispuesto a pagar. El cable no es mío y tampoco me da servicio. Yo he cumplido mi parte de la normativa municipal y ahora es Telefónica la que debe cumplir».

El propietario recuerda además que Endesa «ha metido sus cables y no me ha cobrado nada».

La situación con Telefónica está en punto muerto desde hace año y medio, el tiempo que lleva sin recibir nuevas noticias de la compañía. «Me parece un abuso de la normativa municipal, que obliga a las empresas de suministros, en las nuevas edificaciones, a que no haya cables en las fachadas», recuerda.

El propietario ha pedido ayuda a la Policía Local, que hizo un informe, así como a la Gerencia de Urbanismo, pero hasta ahora sin resultado. «Luego, te vas al Ayuntamiento, miras la fachada y lo que verás es que está lleno de cables de Telefónica. Si el Ayuntamiento no quita los cables de Telefónica...», argumenta con ironía.

Respuesta. Un portavoz de Telefónica en Sevilla pidió ayer a este diario los datos del propietario afectado para ponerse en contacto con él y estudiar su reclamación. Por su parte el concejal de Urbanismo, Francisco Pomares, señaló a este diario que conoce el problema y se comprometió a informar en breve sobre cómo marcha el asunto.