­Acceder desde la autovía A-7 al edificio Tamanaco de la calle Del Tajo de Rincón de la Victoria cuesta bastante poco. El inmueble tiene vía directa desde la entrada a la Cueva del Tesoro y está localizado en el extremo más occidental del paseo marítimo, junto a los túneles de los acantilados de El Cantal. En cinco minutos se llega hasta un típico apartamento de veraneo. Es frecuente que lo ocupen turistas de cualquier nacionalidad. Quienes fueron detenidos anteayer en el 3º A podían pasar como visitantes ocasionales. Sólo les sorprendía a los vecinos que organizaran fiestas para mucha gente, en las que solían colgar banderas, o que pusiesen marchas militares.

"Salían por las mañanas a hacer deporte, lo que hace cualquier joven. Pero nos extrañaba tanta gente entrando y saliendo. No es normal que llevando tres semanas en el piso organizaran tantas fiestas y con la música tan alta", relataba un vecino de la vivienda colindante a la que ayer aún mostraba bastante ropa tendida. "No nos cuadra lo que hemos leído sobre la operación porque se habla de tres hombres y nada de la mujer que también vivía ahí", expresaba otro de los residentes en el bloque que actualmente ocupa una docena de familias -la mitad de los pisos están vacíos, son segundas residencias-.

En efecto, entre las prendas de la cuerda que se puede observar en la parte trasera del edificio se identifican dos que suelen ser utilizadas exclusivamente por mujeres, como señaló otra de las vecinas.

No menos cierto es que sobre el modo de vida de estos supuestos turistas poco más se sabía entre el vecindario. La instantánea del supuesto traficante francés Antoine Denevi, que habría suministrado las armas con las que Amedy Coulibaly atentó en París en 2015, no le resulta familiar a las personas del entorno que hubiesen podido cruzarse con él en estas últimas tres semanas.

"Eran todos chicos jóvenes, que entre ellos utilizaban el francés para hablar. O mejor dicho, para pegarse voces. Porque gritaban y no dejaban de poner música a un volumen que llegaba a molestar". En este sentido, según los mismos testigos, ya hace una semana se pudieron ver por las cercanías de la vivienda a supuestos agentes camuflados. "Es que por la noche no había forma de estar. Lo último que puedes pensar es que se pone a hacer eso alguien que puede estar buscado por los policías", indicaba Adrián Fernández, propietario de una cochera frente al mismo inmueble.

Un portavoz del equipo de gobierno rinconero, sobre lo acontecido, también manifestó: "Los que estaban ahí sabían que estando en esa zona y haciendo lo que hace cualquier otro joven iban a pasar por turistas. Es duro pensar que a apenas trescientos metros de tu casa, como me ha ocurrido a mí, tengas a alguien que ha contribuido a que se produzcan los atentados de París. Pero así ha sido. Tal y como me ha indicado una vecina amiga mía, hasta ocho coches patrulla desarrollaron la operación a plena luz del día, desde primera hora y hasta las dos de la tarde".

La alcaldesa, Encarnación Anaya, no ha podido por su parte arrojar más luz sobre la investigación.