­La firma de Singapur Asian Resort&Casino (ARC) mostró el pasado 5 de abril su interés por construir en Málaga un macrocasino y un hotel invirtiendo para ello 1.000 millones de euros con la aquiescencia del Ayuntamiento, después de que optase por no hacerlo en Valencia tras los inconvenientes que puso encima de la mesa el alcalde de la capital del Turia, Joan Ribó (Compromís). Sin embargo, una vez que la compañía está sondeando a la capital de la Costa del Sol, el Consistorio valenciano quiere retomar el diálogo con los promotores y ya habrían concertado una cita con ellos.

Los inconvenientes a los que se refería la empresa, según el equipo de gobierno valenciano, residen en que la firma asiática quería toda la Marina Real Juan Carlos I, cerrar una calle, cambiar la Ley del Juego e incluso hacerse cargo de los planes urbanísticos de dos barrios de la capital del Turia. A ello se unen las críticas que distintos políticos valencianos hicieron al grupo: lo acusaron de no tener solvencia económica, operar en paraísos fiscales y tratar de privatizar la marina.

El rifirrafe motivó un aluvión de críticas a Ribó por parte de organizaciones empresariales, la oposición y el PSOE, socio de Gobierno, por despreciar una inversión millonaria sin apenas estudiar el proyecto. El pasado viernes, el nuevo director del Consorcio Valencia 2007, Vicent Llorens, contactó dos veces, al menos, con la compañía y ya habría concertado un encuentro con ellos en los próximos días.

La idea del Consistorio valenciano es volver a poner sobre la mesa el proyecto de macrocasino y hotel y tratar de acercar posturas entre las partes, de forma que los inconvenientes, sobre todo urbanísticos, que puso Ribó al plan podrían ser renegociados. Si no se llega a un acuerdo, el Ayuntamiento ofrecería la ciudad a ARC para otras inversiones. «El Ayuntamiento de Valencia quiere hacer ver que no ha habido ruptura, sino que el diálogo sigue abierto sobre esta u otras inversiones», explicaron fuentes consistoriales, para añadir: «Estamos abiertos a inversiones externas y queremos mantener la mejor relación posible con todas las empresas».

La previsión del grupo no sólo era gastar 1.000 millones de euros en el complejo, sino generar en torno a 20.000 puestos de trabajo en Valencia y Saagunto.

Anteayer mismo, un día después de que Valencia intentase el deshielo de las relaciones, el presidente del grupo inversor, Marc Vlassopoulus, tuvo duras palabras para la capital levantina. Aseguró que no volvería a trabajar con la urbe hasta que Ribó no se marche y, su representante en España, el consejero de ARC José María Esquerdo, puso como condición para volver a sentarse en la mesa que, frente a su representado, se encuentren no sólo el alcalde, sino también el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. «Después de ver cómo nos han tratado en Venecia y Málaga, nos da mucha pereza volver a Valencia», confesó Esquerdo.

Vlassopoulos, por su parte, siguió la senda dialéctica de dureza de su representante en el país, y aseguró: «Hasta que Ribó no se marche no habrá ninguna reunión, pues ha tenido una actitud infantil y difamatoria». Y añadió: «No nos vamos a comunicar con alguien que no tiene sentido de los negocios y que no sabe gestionar», haciendo extensiva su desazón por el trato recibido en Valencia a todo el país. «Si España no está preparada para hacer negocios, nos iremos a Italia o Portugal».

Incluso, el empresario dijo estar convencido de que no harían el proyecto mientras Compromís «esté en la ciudad». Esquerdo añadió que el grupo «se siente insultado» por el regidor al afirmar que el proyecto buscaba privatizar la Marina Real y poner en duda su reputación al señalar que parte de sus recursos están en paraísos fiscales, y exigió una disculpa.

Esquerdo, incluso, se quejó de que el alcalde valenciano dijera que «Valencia no sería las Vegas». «La imagen de la empresa ha sido descalificada, pese a ser una compañía regulada por el equivalente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores española y tener inversiones por valor de 1.400 millones.

Reuniones en Málaga

En la capital de la Costa del Sol, la compañía ha mantenido ya reuniones con el presidente del Puerto, Paulino Plata, y con el alcalde, Francisco de la Torre, quienes, según el representante de ARC en España, han dado a los inversores «todas las facilidades», pese a que uno y otro, agregó, son de partidos distintos.

Pese a la disputa pública, parece que hay una reunión apalabrada entre Valencia y el grupo ARC, así como contactos informales, además, a través de las redes sociales, llamadas telefónicas y el correo electrónico. En Málaga, Francisco De la Torre estudia el proyecto con mimo.