Casi medio millón de euros. Este es el presupuesto que maneja el Ayuntamiento de Málaga para instalar las treinta cámaras de vigilancia en los tres grandes polígonos de la ciudad, Guadalhorce, Azucarera y Santa Bárbara. Tras muchos vaivenes y tres pliegos diferentes para contratar su suministro e instalación, la Concejalía de Ordenación del Territorio del Consistorio ya ha enviado la orden de contratación, con idea de que en los próximos días se abra el plazo para recibir las ofertas.

El objetivo es que los trabajos puedan comenzar este próximo otoño, una vez que la contratación del suministro e instalación se cierre a lo largo del verano. De esta forma, a finales de año los tres grandes polígonos de la ciudad podrán estar vigilados por la noche y los fines de semana por una malla de treinta cámaras.

El concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, de quien dependen los polígonos, explicó que todo el proceso de contratación está a punto de comenzar, después de que la aprobación del presupuesto municipal para 2016 liberara el dinero necesario para acometer esta inversión.

La puesta en marcha de este sistema de vigilancia es una antigua demanda de la Asociación de Polígonos de Málaga (Apoma), cuyo presidente es Sergio Cuberos, aunque el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) haya limitado su alcance respecto a los primeros planes. Así, las cámaras sólo se podrán instalar en tres de los doce polígonos propuestos, al entender el tribunal que es dónde tienen más justificación para mejorar la seguridad de sus calles.

Además, habrá una limitación horaria en su funcionamiento, activándose desde las las 19.00 horas a las 7.00 horas en días laborables y las 24 horas durante los fines de semana y festivos, por ser los momentos en que hay menos personas en las zonas industriales.

Este horario viene justificado por la mayor incidencia de los robos en los polígonos, ya que se aprovecha que quedan deshabitados por la noche y los fines de semana para robar los cables de la luz, las tapas de alcantarillas y todo el mobiliario urbano que se pueda vender. También es más habitual que entren en las sedes de las empresas a robar.

Proyectos

El Ayuntamiento llegó a presentar hasta en tres ocasiones el proyecto de videovigilancia en los polígono de la ciudad, intentando ampliar a doce las zonas industriales vigiladas por las cámaras. Sin embargo, la Comisión de Garantías del TSJA considera que no está suficientemente justificado en el resto de polígonos.

La colocación de las cámaras y su conexión es el último trabajo que está pendiente para activar la videovigilancia, ya que a principios del año pasado se contrató a la empresa Maeca Instalaciones, con un presupuesto de 126.000 euros, el suministro del equipamiento para el centro de control de videovigilancia, que se ejecutó durante la primera mitad del año.

Estas instalaciones están ya disponibles y también se ha realizado la conexión de la futura señal de las imágenes con el nuevo Centro Integrado de Señales de Alarma y Videovigilancia (CISAVI 2) situado en el Centro Municipal de Emergencias y que será el encargado de asumir la gestión de las imágenes.